Obtener una cita CBP One para solicitar asilo en Estados Unidos es como ganarse la Lotería para los migrantes necesitados de protección internacional, por lo que perderla es acabar con su oportunidad de una vida mejor y echar por la borda meses de enorme esfuerzo.

Pese a ello, se han presentado casos en que agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) obstaculizan el avance de estas personas, provocando que no lleguen al indispensable encuentro con las autoridades estadunidenses.

Así sucedió a Elia y a su hijo, nicaragüenses, quien denunció que el viernes pasado personal del INM le negó abordar un vuelo de Villahermosa a Tijuana para presentarse a su cita CBP One en San Ysidro, el sábado 11 de enero.

Acabaron con todo mi esfuerzo; frustraron el sueño de mi hijo de reencontrarse con su padre, a quien no ve en tres años, reprochó la mujer, quien dijo que la negativa fue porque supuestamente no tenía una tarjeta para transitar por el país.

En marzo de 2023, el INM anunció que autorizaba el paso en territorio mexicano a migrantes que cuenten con cita CBP One. En aquel momento, en un comunicado, expuso que para ello la autoridad migratoria mantiene comunicación con enlaces de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, a fin de verificar que haya una cita y permitir su paso para llegar al puerto de entrada autorizado, sea vía aérea o terrestre.

Josué Gómez, del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, con sede en Tapachula, Chiapas, expuso que en estos casos comúnmente el instituto emite una Forma Migratoria Múltiple con vigencia de 20 días. El problema, enfatizó, es que no hay suficiente información y muchos extranjeros no tienen conocimiento de que deben tramitarla para viajar por el país.

En el caso de Elia, aseguró que en los primeros días de enero fue a las oficinas del INM en Villahermosa para tramitar dicho permiso de tránsito, pero se lo negaron con el argumento de que debía presentarse con el grupo de cinco personas con el que tramitó la cita. Yo no podía ir con todos porque ellos se adelantaron a la Ciudad de México; yo fui la única que me quedé en Tabasco porque tenía dónde vivir.

Indicó que una vez en el aeropuerto, los agentes ni siquiera se tomaron el tiempo de ver mi comprobante de la cita. Me negaron abordar porque me dijeron que tenía que llevar una tarjeta que da Migración.

En entrevista, señaló que tras reclamar a los agentes, la amenazaron con detenerla. “Una de Migración me dijo: ‘¡no te vamos a dejar cruzar!, y agarró mis papeles para sacarme a empujones de la sala”.

Expresó que al ver que perdía su vuelo y el de su hijo de nueve años de edad, por el que pagó más de 12 mil pesos, sentí que me moría. Se me subió la presión, pero igual a ellos eso no les importó.

Lamentó igualmente haber perdido el dinero con el que compró los boletos. Saben lo que se sufre acá. Yo llegue a México desde octubre y es muy duro vivir. Por eso dijo que ahora la familia lo que busca es regresarse a Nicaragua: de todos modos ya me fregaron con la ilusión que tenía.