Zacatecas, Zac., La entrega de las llaves de la ciudad que hicieron representantes de autoridades civiles a una imagen religiosa del catolicismo (la Virgen de Guadalupe), fue ilegal, porque no se cumplió el protocolo del reglamento oficial del ayuntamiento, pero además sentó un precedente grave, pues deja abierta la posibilidad de que funcionarios afines a otras religiones o sectas aprueben en el futuro la entrega de dicha condecoración a esfinges como la Santa Muerte o Jesús Malverde.

Advirtió lo anterior en entrevista Víctor Manuel Ramos Colliere –quien fue cronista de la ciudad de Guadalupe, conurbada a la capital del estado– y planteó el escenario de que un próximo alcalde o autoridad municipal afín a otra religión o secta hagan lo propio:

No miden que dejan un antecedente que puede ser utilizado por una iglesia, por un credo distinto al católico o cualquier líder de esos grupos, como Naasón Joaquín García, líder de la secta La Luz del Mundo –preso actualmente en Estados Unidos–, quien en 2018 visitó Guadalupe, donde hay varios templos de dicha esa organización.

Es preocupante desde la perspectiva social y política, dijo Ramos Colliere –también ex director del archivo histórico de Guadalupe–, porque Puede llegar un presidente municipal devoto de Jesús Malverde, y puede entregarle las llaves de la ciudad a Jesús Malverde, por un acuerdo mayoritario del cabildo.

Ramos Colliere insistió en que es lamentable que se haya otorgado esa condecoración municipal a un personaje inanimado (la imagen de la Virgen de Guadalupe), cuando la ley estipula claramente que deben entregarse las llaves de la ciudad únicamente a personajes destacados de la sociedad.

Recordó que la vez más reciente en que se entregó esa distinción aquí fue en 2004, a Miguel León Portilla, connotado historiador e investigador de la cultura náhuatl y representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ya fallecido.

Sobre la sesión de cabildo espuria, realizada en el templo del convento franciscano, donde Sara Hernández y Rocío Hernández, esposas respectivamente del gobernador David Monreal Ávila y el alcalde de Guadalupe, José Saldívar García, (ambos morenistas), el especialista explicó que fue ilegal porque no fue encabezada por el edil, además de que el pleno del ayuntamiento no aprobó el acto solemne.