Washington. El gobierno de Joe Biden renovó ayer el alivio a la deportación que actualmente cubre a 900 mil migrantes de Venezuela, El Salvador, Ucrania y Sudán, una medida que retrasaría cualquier intento del presidente electo Donald Trump de poner fin a esas protecciones.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) amplió la inscripción en el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) para esas naciones, dando a los indocumentados un indulto de deportación y acceso a permisos de trabajo por 18 meses adicionales.

El demócrata Biden aumentó considerablemente el número de migrantes que pueden acogerse al TPS desde que asumió el cargo en 2021. El estatus, que está disponible para personas cuyo país de origen ha experimentado un desastre natural, un conflicto armado u otro evento extraordinario, ahora cubre a más de un millón de personas de 17 naciones.

Trump, el republicano que regresa a la Casa Blanca el 20 de enero, intentó poner fin a la mayoría de las inscripciones en el TPS durante su mandato (2017-2021), pero los tribunales locales se lo impidieron.

El magnate ganó otro mandato con la promesa de una amplia represión al ingreso de indocumentados y de nuevo se espera que intente poner fin al blindaje del TPS.

El equipo de transición de Trump no respondió hasta el cierre de esta edición a una solicitud de comentarios sobre el particular.

Unos 600 mil venezolanos pueden acogerse al TPS, la mayor población del programa.

El gobierno de Biden, que otorgó por primera vez el estatus a los venezolanos en 2021, citó los altos niveles de delincuencia en Venezuela relacionados con la inestabilidad política y económica bajo el presidente Nicolás Maduro, quien juró ayer para un tercer mandato.