Jueves 9 de enero de 2025, p. 22
Madrid. Alemania, Francia y la Unión Europea aseveraron ayer por separado que no se pueden cambiar por la fuerza
las fronteras nacionales de ningún país, y advirtieron que la soberanía de un Estado tiene que respetarse
, luego de las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de anexarse la isla de Groenlandia, que generaron cierta incomprensión
en Berlín y sus socios europeos.
El republicano Trump planteó antier la posibilidad de utilizar la presión militar o económica para hacerse con el control del Canal de Panamá y de Groenlandia, territorio que pertenece a Dinamarca.
La premier danesa, Mette Frederiksen y su par de Groenlandia, Mute Egede, reviraron que la isla ártica no estaba en venta
.
Los europeos debemos mantenernos unidos
, reclamó el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, al apelar a un principio de inviolabilidad de fronteras que, afirmó, es clave para el mantenimiento pacífico del orden internacional y se aplica a todos los países
.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, reclamó a la Comisión Europea actuar con la máxima firmeza
contra las injerencias
extranjeras, teniendo en cuenta que Groenlandia está en el punto de mira de Trump, pertenece a Dinamarca y es territorio de la Unión Europea (UE)
.
La portavoz de Exteriores de la UE, Anitta Hipper, señaló en Bruselas que la soberanía de un Estado tiene que respetarse y es un valor diplomático y un principio clave con el que trabajamos en todos los casos
.
Groenlandia ha sido históricamente un territorio de interés estratégico tanto por su magnitud (2 millones 166 mil 86 kilómetros cuadrados), como por su ubicación. Está a medio camino entre los océanos Atlántico y Ártico.
Intereses crecientes
Desde 1979 goza de autonomía respecto de Dinamarca y en 2008 Copenhague renunció a la mayoría de sus competencias excepto a la política exterior y defensa del territorio autónomo. Sin embargo el progresivo deshielo del Ártico y la consiguiente apertura de nuevas rutas de navegación han acrecentado su interés económico y político en esta zona rica en recursos naturales como petróleo, gas y minerales raros, claves para la fabricación de productos tecnológicos.