La Real Sociedad de Literatura (RSL) está sumida en el caos después de que dos jefes anunciaron su salida en medio de una serie de escándalos y amargas luchas internas.

La directora Molly Rosenberg renunció a la organización de 205 años de antigüedad, hogar de los talentos literarios más destacados de Gran Bretaña, mientras su presidente, Daljit Nagra, anunció que se retirará cuando su mandato de cuatro años concluya este mes.

Las decisiones siguieron a meses de disputas sobre la libertad de expresión y llegaron en medio de acusaciones de que la RSL ha bajado sus estándares de membresía.

Decenas de escritores de alto perfil, entre ellos Margaret Atwood, Kazuo Ishiguro y la ex presidenta de la sociedad Dame Marina Warner, han criticado su liderazgo actual.

Se cree que la guerra civil de la sociedad comenzó cuando, según se informa, los llamados a apoyar pública y enérgicamente a Salman Rushdie tras su intento de asesinato fueron bloqueados en forma silenciosa.

Warner dijo a The Times a principios de este año que pidió a la sociedad que se pronunciara; sin embargo, la entonces recién nombrada presidenta y ganadora del Premio Booker, Bernardine Evaristo, supuestamente le respondió que la medida podría ofender.

En un artículo de The Guardian del año pasado, que no menciona específicamente a Rushdie, Evaristo insistió en que la sociedad no puede tomar partido en las controversias y problemas de los escritores, sino que debe permanecer imparcial.

El propio Rushdie intervino en la afirmación, publicando en X: “Me pregunto si la Real Sociedad de Literatura es ‘imparcial’ respecto a los intentos de asesinato”.

Los miembros también han compartido sus frustraciones por el fracaso de la sociedad en apoyar a la autora Kate Clanchy después de que ella enfrentó una avalancha de abusos en línea.

En otra disputa sobre la libertad de expresión, los miembros han afirmado que la sociedad pospuso la publicación de su revista anual debido a un artículo que comentaba sobre Israel y Gaza, aunque la RSL lo ha negado en varias ocasiones y argumentó una serie de problemas con las decisiones del editor independiente que supervisa la edición, así como su diseño.

La polémica de la revista

En el artículo de The Guardian, Evaristo afirmó: “En cuanto a la revista de la sociedad, la RSL Review, su publicación se pospuso y pronto aparecerá completa. Las acusaciones de censura y cancelación son infundadas”.

En febrero de 2024, la RSL se remitió a la Comisión de Beneficencia a raíz de las quejas recibidas y también se encargó una revisión de gobernanza al Consejo Nacional de Organizaciones Voluntarias.

La dirección de la RSL aún se enfrenta a preocupaciones por la supuesta dilución de sus criterios de admisión en un intento de impulsar la diversidad. El escritor Don Paterson afirmó a The Times que se pasó por alto la antigua regla de que los becarios sólo podían ser nominados si tenían dos obras publicadas de mérito literario excepcional.

La RSL afirmó que los criterios para ser considerado miembro no han cambiado. Sin embargo, la novelista Amanda Craig también dijo a The Times que la sociedad ya no es el tipo de distinción que era.

En 2018, la RSL nombró a 40 nuevos miembros menores de 40 años, aunque Evaristo señaló que esto todavía representa sólo 4 por ciento de sus integrantes.

También eligió a 60 becarios con su programa RSL Open, iniciativa que busca reconocer a escritores de orígenes subrepresentados en 2022 y 2023. Hace poco lanzó un nuevo proceso electoral en el que invitó al público a proponer a autores para la beca.

Evaristo escribió el año pasado que el mito mediático de que ella “insistía en que se pusieran en marcha todo tipo de nuevas medidas ‘radicales’” como presidenta era muy insultante para los fideicomisarios, presidentes y miembros anteriores de la RSL que apoyaron la diversificación de la beca.

Agregó: “La acusación de rebajar los estándares es una táctica habitual que utilizan quienes apuestan por el statu quo. Entonces, ¿acaso los nombramientos recientes no son lo suficientemente buenos? ¿Por qué no lo serían, dado que se les elige de la misma manera que siempre, con el proceso democrático de la confraternidad?”

Al momento de su renuncia, Nagra, quien llegó al cargo hace cuatro años, expresó que espera ver a la RSL continuar creciendo y prosperando, y que está orgulloso de haber supervisado la primera revisión de gobernanza en nuestros 204 años de historia para aumentar la transparencia en el futuro de la sociedad.

Rosenberg, quien se unió a la RSL en 2010 como pasante y asumió el rol de director en 2017, aseveró: Estoy muy orgulloso de todo lo que he logrado durante mi tiempo en la RSL, trabajando para y con escritores brillantes de toda la comunidad.

The Independent entró en contacto con la RSL en busca de comentarios.