Las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México son el hogar de decenas de personas en situación de calle que convierten parte del cartón recolectado en el día en su cama para pasar la noche en alguna esquina y mitigar el frío, mientras con una cobija se cubren de pies a cabeza para conciliar el sueño.

Sin embargo, permanecen alertas; algunos entrevistados aseguraron que no pueden dormir tranquilamente porque cuidan que nadie les robe sus pertenencias: de cualquier forma el asfalto es mejor que pernoctar en alguno de los Centros de Asistencia e Integración Social del gobierno, donde hay riñas, pero también piojos.

La noche del martes, en un recorrido por las avenidas José María Izazaga y 20 de Noviembre, así como Regina y República de Uruguay, hombres y mujeres originarios de Tepito, al igual que de los estados de Durango, Veracruz y Tabasco, se acuestan sin quitarse los zapatos, forrados con dos capas de ropa desgastada y algunos con gorra.

Una de mil historias

A unos metros del Zócalo, sobre 20 de Noviembre, Yiovani –originario de Tamazula, Durango– dijo que durante seis años fue militar, pero fue aprehendido en un sembradío de mariguana en la sierra, y aunque admitió que naturalmente cometí un delito, lo que hice por la patria nunca contó, pero lo poquito malo que hice, eso sí contó mucho.

Desde hace tres años deambula por la urbe tras recuperar su libertad luego de nueve años en el Reclusorio Oriente, pero sin familia se pierden las metas. Él es una de las mil 124 personas que viven en la indigencia y uno de los 616 que se encuentran en situación de calle en la alcaldía Cuauhtémoc, de acuerdo con el censo oficial de las autoridades capitalinas 2023-2024, con datos hasta marzo del año pasado.

Un balón de futbol y los recuerdos lo acompañan a diario. A unos pasos se encuentra El Muñeco, de Tepito, quien al igual que otros hombres y mujeres son renuentes a hablar, mientras otros preguntan si ahora sí recibirán apoyos del gobierno o asesoría para obtener su acta de nacimiento o credencial para votar.

▲ Con temperaturas de hasta 5 grados, personas que pernoctan en las calles del primer cuadro de la ciudad utilizan cartones, periódicos y cobijas para taparse. Desconfían de los albergues porque las peleas son comunes, además de que hay piojos. Aprovechan que esa es una zona poco habitada, por lo que dicen que no molestan a nadie al dormir sobre las aceras frente a negocios.Foto Luis Castillo

En la calle Regina duerme Luis Antonio Juárez, de 34 años y originario de Veracruz, quien aseguró que salió de su estado natal cuando tenía 10, pero no tiene considerado regresar, y acudir al albergue tampoco es opción, mientras recolecta las últimas cajas del día.

La realidad, me acostumbré a la calle, al frío, al sol, a aguantar hambre y pues me gusta, porque conozco gente, hago mandados, voy a la Merced, tiro la basura, vendo mis dulces; la gente me apoya, me regala una monedita. Hay gente buena.

Sin embargo, reprochó que hayan quitado los comedores comunitarios que eran gratis, creo que todavía hay, pero hay que buscarle o preguntar, pero luego los policías no te dicen porque trabajan para el gobierno, luego te pegan.

La situación es similar para Patricia, quien utiliza gorra que le protege las orejas; desde hace tiempo pasa todas las noches en República de Uruguay acompañada por su pareja, cartones y un diablito que utilizan para trabajar.

Señaló que su padre acudió al Centro de Valoración y Canalización de Coruña hace tres meses, pero ya no lo ha visto, por eso prefiere quedarse más segura en la calle.

De acuerdo con el conteo anual 2020-2022, el total de personas en situación de calle fue de 900 y en Cuauhtémoc pernoctaban 304.

En el albergue de Coruña, el personal asignado pidió no fotografiar el inmueble ni el reglamento a seguir por los usuarios, y señaló que para cualquier información se debe presentar un oficio dirigido al director ejecutivo del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias, Benjamín González.