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“Pérdida de manglares contribuyó a la devastación por Otis” en Acapulco

Con el cambio climático, el papel de los ecosistemas costeros se vuelve esencial para garantizar la resiliencia de las comunidades, señala estudio

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▲ Aspecto de la Laguna Negra, en la localidad de Puerto Marqués, Guerrero, donde se observan manglares arrasados por los fuertes vientos que provocó el paso del huracán Otis en octubre de 2023, y que ahora está convertida en un vertedero de desechos.Foto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de enero de 2025, p. 26

La conservación de las cubiertas de los manglares en Acapulco, que datan de la década de 1980 y que ahora están degradados por la deforestación, la urbanización y la falta restauración, podrían haber reducido el impacto del huracán Otis en 2023, cuya devastación dejó 50 muertos, más de 30 desaparecidos y cuantiosos daños materiales, según se señala en una investigación del Instituto Scripps de Oceanografía, de la Universidad de California, difundido ayer.

El estudio, realizado por Bernie A. Bastien-Olvera y su equipo de científicos, demostró que más de 40 por ciento de las localidades investigadas en la costa de Guerrero han experimentado una pérdida de la cobertura de manglares cercanos.

Destacó que, en promedio, el manglar más cercano en cualquier localidad de la zona estudiada se encuentra ahora 300 metros más lejos en comparación con su proximidad en 1980, con el aumento máximo registrado de 3.6 kilómetros.

Su análisis estadístico reveló que por cada kilómetro adicional de distancia entre un lugar y el manglar más cercano, el daño esperado a la vegetación aumenta en 0.4 por ciento. En otras palabras, a medida que se pierden manglares y aumenta la distancia entre ellos y un lugar, el daño a la vegetación después de un huracán probablemente aumentará en 0.4 por ciento por kilómetro, señaló.

“A medida que el cambio climático intensifica eventos como el huracán Otis, el papel de los ecosistemas costeros se vuelve esencial para garantizar la resiliencia de nuestras comunidades”, dijo Bastien-Olvera, ex investigador postdoctoral del instituto y recientemente nombrado profesor asistente en el Instituto de Ciencias Atmosféricas y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Destacó que si se hubiera mantenido la distribución que se tenía en 1981, 164 manglares de vegetación natural se habrían salvado de los daños, lo que representa aproximadamente 1.18 por ciento del daño total a la vegetación.

En cuanto a la infraestructura, el análisis mostró que el área de infraestructura dañada incrementa en 2 por ciento por cada kilómetro adicional de distancia desde el manglar más cercano. Además, si el manglar más cercano hubiera estado 3 kilómetros más lejos, probablemente se habría destruido una casa adicional.

El impacto también dejó una huella imborrable en la infraestructura y la vivienda de la región, con daños estimados que van desde los 200 a los 300 mil millones de pesos, según cifras de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros. En el link https://shorturl.at/C2dPC se puede leer la investigación.