Martes 7 de enero de 2025, p. 5
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) abrió ayer su primero y último periodo completo de sesiones de 2025, pues en septiembre la actual integración del Poder Judicial de la Federación será renovada por jueces, magistrados y ministros electos por el voto popular.
Después de que la ministra presidenta, Norma Piña Hernández, realizó en sesión solemne la declaratoria de apertura del periodo, el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá acusó que fue destruido el legado de más de un siglo de la Constitución mexicana, ya que la voluntad para respetarla parece haber flaqueado
tras la reforma judicial.
González Alcántara declaró que la Constitución de 1917 había sobrevivido
a pesos y presiones inimaginables, coyunturas como guerras y conflictos internacionales y décadas de gobiernos autoritarios en el país.
Destruir el legado de más de un siglo es tan fácil que resulta sorprendente que no hubiera ocurrido antes. Ante la incapacidad de abordarla de frente, de jugarla con las reglas establecidas tan sólo resulta necesario ejercer un poco de presión en la parte más frágil para dinamitar toda la estructura y en este punto no hay marcha atrás
, comentó.
González Alcántara fue el único orador en la ceremonia, al rendir el informe de actividades de la comisión de receso del segundo periodo de sesiones de 2024, que encabezó junto con la ministra Margarita Ríos Farjat. Sin embargo, la mayor parte de su discurso lo dedicó a hablar de la coyuntura política del país en torno a la reforma judicial.
Nos hemos preguntado si era previsible, si era evitable, si hubo algo que nosotros o cualquier otra persona pudiera haber hecho para alcanzar un desenlace distinto
, expuso.
El togado explicó que la Constitución fue forjada al calor de la lucha armada más cruenta que experimentó nuestra nación y enfriada rápidamente en el proceso de institucionalización auspiciado por Venustiano Carranza, los resultados superaron todas las expectativas
.
Con base en lo anterior, apuntó que la Carta Magna había sobrevivido a todas las coyunturas imposibles de imaginar o de predecir
, desde el asesinato de un presidente electo en 1928 y del candidato puntero en 1994 y fue capaz de preservar la vida institucional y la soberanía de México durante la Segunda Guerra Mundial y las décadas de conflicto internacional que le siguieron.
Pero cuando fue el momento de consolidar décadas después de su promulgación una verdadera transición democrática seguía ahí, seguía ahí incólume en su estructura central y en su modelo de nación que nos permitió casi un siglo después comenzar a hacer realidad muchas de las promesas que los constituyentes de Querétaro habían hecho aquel 5 de febrero. Todo eso fue posible porque existía un consenso, un consenso sobre las reglas del juego y un compromiso a jugarlo con base en ellas
, resaltó.