Se presentó en Tenerife, España, durante las pasadas fiestas decembrinas y en este inicio de año con conciertos en Cartagena, Colombia; en unas semanas estará a punto de iniciar una gira por Estados Unidos para tocar con la Baltimore Symphony Orchestra. Rafael Aguirre Miñarro se ha consolidado como uno de los guitarristas más solicitados a nivel internacional. Ha actuado en los recintos más importantes de más de 20 países.

Trotamundos, aunque ha decidido residir por una larga temporada en México, Rafael aún recuerda de manera vívida cómo se inició en la música con apenas siete años de edad: Con una abuela soprano, mi padre a la guitarra, mi hermano pequeño tocando el violín y el mayor al piano, puedo decir que la mía era una casa de la música.

El músico español narra que un día mientras jugaba en una consola Play Station, su mamá le consultó qué instrumento quería para sus clases de música en la primaria. “Tu hermano ya escogió piano, queda la guitarra… Dime pronto y deja de jugar”, le dijo. Completa: “cuando las madres se ponen insistentes, ¡ufff!, qué lío. Y yo ‘bueno, ya, venga, escojo guitarra’, le dije para que me dejara tranquilo. Y esa respuesta me cambió la vida radicalmente”.

Treinta y tres años más tarde, Rafael Aguirre ha sido nombrado asociado de la Royal Academy of Music of London; ha recibido el Premio Nacional Cultura Viva en Madrid; ha actuado en las principales salas de prestigio de 46 países, como el Carnegie Hall de Nueva York (donde se ha presentado cuatro veces), en el Teatro Real de Madrid o el Konzerthaus de Viena, con relevantes orquestas como la Sinfónica de Tokio, la KBS de la Televisión Nacional de Corea del Sur, la Sinfónica del Estado de Sao Paulo, la Orquesta Nacional de Lyon o la Orquesta Nacional de España, entre otras.

No era un sueño

Relata a La Jornada: “Mi punto de inflexión fue en 1999, antes del cambio de siglo, cuando tenía 14 años y llevaba tocando la guitarra seis años. Ya estaba yo empezando a tocar bien. A partir de los cinco o seis años de estudio, la guitarra clásica ya empieza a sonar a música; antes es como que te peleas con el instrumento. Entonces un día va mi madre y habla con el profesor y le pregunta cómo va su hijo. ‘Ah, pues va muy bien, está progresando mucho y dice que su sueño es ser concertista; eso no es ningún sueño, lo puede conseguir, tiene mucho talento’, le respondió. Y yo pensé ‘¿comparado con quién?’, pero que lo dijera un señor que ya tenía el pelo blanco y que ha había visto pasar tanta gente por sus clases y conocía a concertistas famosos en persona e iba regularmente a los festivales de guitarra en Andalucía, la tierra de la guitarra, pues me pareció extraordinario”.

La vida lo llevó a perfeccionar su música en Alemania. Ahí vivió varios años y en otras ciudades como Madrid y París. Ahora reside a espaldas del Museo Soumaya, en Polanco, en la Ciudad de México.

Rafael Aguirre se presentó en el reciente Festival Internacional Cervantino de 2024 y le ilusiona especialmente su próximo recital, en mayo, con la Baltimore Symphony Orchestra, “que es una de las más antiguas de Estados Unidos y del mundo.

Como guitarrista no es fácil entrar en ese tipo de agrupaciones, y seguramente después de tocar ahí se me van a abrir otras puertas, dice entusiasmado, dejando varias anécdotas en el tintero.