En menos de una hora, la megarrosca de 400 metros de longitud se esfumó entre los cientos de capitalinos que se dieron cita en el Zócalo para festejar el Día de Reyes.

El tradicional pan, que requirió varios días de elaboración, se repartió en alrededor de 40 mil raciones entre la multitud que desde temprano se formó detrás de las vallas metálicas dispuestas en la Plaza de la Constitución para controlar el acceso.

La distribución, encabezada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, comenzó a las 10:50 horas, pero hubo familias que arribaron desde las siete y media de la mañana procedentes de distintos puntos de la ciudad, como la de Armando Ortiz, que llegó de San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, para instalarse en los primeros lugares.

Otros fueron asistentes espontáneos atraídos por los preparativos en el armado de la rosca, en el que participaron 50 personas. Vi mucha gente y me vine a formar. Qué bueno que hacen este tipo de actividades porque no a todos nos alcanza para comprar una; yo no tengo hijos, así que con un pedazo me conformo, expresó la señora Rosario Martínez.

Barrenderos, personas en situación de calle, comerciantes informales y hasta quienes acudieron a misa en la Catedral Metropolitana aprovecharon para llevar una porción de pan y un tetrapak de leche.

La imponente rosca fue producto del esfuerzo de mil 450 panaderos de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México, que invirtió alrededor de 2 millones de pesos entre ingredientes y la logística de elaboración y traslado.

La celebración incluyó la entrega de 4 mil 500 libros infantiles y 15 mil juguetes.

Acompañada de integrantes de su gabinete, Brugada pidió regalar juguetes que rompan con los estereotipos de género y que fomenten la paz. No demos muñecas o carritos que perpetúan roles tradicionales, porque el mundo está cambiando y queremos que los niños y niñas crezcan libres de prejuicios, expresó.

A su vez, el secretario de Obras y Servicios, Raúl Basulto, anunció la construcción de un proyecto denominado la ciudad de los niños y las niñas en tres hectáreas de la Magdalena Mixiuhca, que estará destinada a la ciencia, la tecnología y la educación.