Mientras una nueva caravana de migrantes marcha por territorio nacional, el flujo constante de extranjeros –principalmente de Centro y Sudamérica– que buscan llegar a Estados Unidos empieza a saturar algunos albergues que gestionan defensores de esta población en la Ciudad de México.

Uno de ellos es Casa Tochán, con capacidad para 50 personas, pero actualmente aloja a 76, entre venezolanos y hondureños que salieron de sus lugares de origen para emprender una travesía incierta.

Gabriela Hernández, directora del albergue, señaló que si bien la ocupación es comparable a la de 2021, cuando tuvieron niveles similares o rebasaron el centenar de extranjeros, actualmente la población es fluctuante y hay mayor movilidad, porque buscan avanzar a la frontera norte antes del día 20, cuando Donald Trump asumirá otra vez la presidencia de Estados Unidos.

En entrevista, comentó que habitualmente entre diciembre y enero los indocumentados permanecían por periodos más prolongados en el lugar para esperar su cita de solicitud de asilo CBP One y no se movían tanto, pero ahora lo hacen más apresuradamente.

El año pasado tuvimos a huéspedes poco más de tres meses, porque no les llega la cita tan rápido como quisieran; pero ahora en cuanto pueden se van, indicó.

Cuando llegan a Casa Tochán, expuso, se les pregunta a qué vienen a la ciudad, cuál es su propósito, y se les explica que pueden quedarse de siete a 15 días, y hasta tres meses después de evaluar su caso. Sin embargo, “nos dicen: ‘yo nada más me quedo unos días’”.

Advirtió que la situación puede complicarse, ya que teme que se repitan los niveles registrados hace cuatro años, cuando atendieron a 150 personas de Haití, para lo que debieron rentar departamentos aledaños al albergue, pero ahora no hay condiciones ni recursos.

Actualmente, mencionó, varios albergues, como Casa de Acogida, Formación para Mujeres y Familias Migrantes, y Casa Fuentes, se apoyan mutuamente para recibir a los extranjeros, de acuerdo con su perfil de atención: ya sea sólo hombres o familias con niñas y niños.

Gerardo Talavera, coordinador del programa humanitario de Casa Refugiados, consideró que hay una carrera por llegar a Estados Unidos, con estancias menos duraderas en la capital del país.

Previó aumento en el flujo migratorio en los próximos días, con perfiles que necesitan más protección, como grandes grupos familiares, mujeres con hijos y personas sin recursos que pueden ser víctimas de algún delito.

Ante esta posible problemática, mencionó que se formó el Grupo de Protección de la CMDX, en el que la Acnur en México, Casa Refugiados y 37 organizaciones de sociedad y albergues ya trabajan en un plan ante el incremento de extranjeros que se tengan que quedar forzosamente en la capital.