Said Vladimir Ramírez Téllez explora en ese libro los efectos del realismo mágico ecuatoriano en la novela latinoamericana de los años 70
Lunes 30 de diciembre de 2024, p. 5
Los relatos de Los terribles blues de Guayaquil, del escritor Said Vladimir Ramírez Téllez (Guerrero, 1991), libro publicado por La Tinta del Silencio, surgió de un viaje que hizo el autor a la capital ecuatoriana, del cual emergió una reflexión sobre el realismo mágico, los colores y el afecto humano.
En entrevista con La Jornada, el autor describió su proceso creativo y el origen de estos relatos en los que está presente la melancolía, el desamor y la sinestesia.
La génesis del libro surgió de un viaje que hice a Ecuador en 2019; investigaba el realismo mágico de ese país y sus implicaciones en la novela latinoamericana de los años 70. Quería crear una atmósfera de mi experiencia como viajero y el diálogo entre ese país y México
, aseguró el autor.
Said Ramírez dijo que la estructura narrativa de este nuevo libro reside en una máxima de Alejo Carpentier: “‘Todo escritor necesita un segundo arte para enriquecer su mundo ficcional’. De este modo planteo una interrelación de música, fotografía y literatura”.
Cada ejemplar va acompañado por un estuche y una postal trabajada en cianotipia; son 16 postales que el protagonista visualiza en su travesía por Guayaquil.
“Entre Los terribles blues de Guayaquil y Cómo cazar al tigre (su libro anterior) hay una diferencia de cinco años. Mis libros son como casas para refugiarme de los vaivenes del mundo, y cada determinado tiempo tengo que construir una nueva casa para habitarla”, refirió el autor.
Bessie Smith y Solá
El relato principal del que toma su nombre el libro describe la historia del romance entre el protagonista y su amada, Fernanda, y la permanencia de una relación inconclusa que, aunque interrumpida, sigue vigente mediante las melodías de Bessie Smith, la emperatriz del blues
, y en los cuadros y fotos del pintor ecuatoriano Eduardo Solá Franco.
“Quise jugar de forma sinestésica: el blues tiene una condición polisémica, y me permitió responder a una obsesión: ¿cómo se escribe en azul?
En el relato propongo una realidad en azules: el azul de la cianotipia, el de la acuarela que da nombre al libro, el de la voz de Bessie Smith y de los pequeños demonios de la melancolía del protagonista. Otro elemento fundamental es el agua y todas sus manifestaciones; es uno de mis elementos predilectos
, señaló el escritor.
Ramírez Téllez aseguró que el mar fue un punto muy importante en la obra: “Es el medio de uno de los cronotopos clásicos en la literatura: el del viaje. Odiseo tiene que emprender un periplo para retornar a Ítaca. También pienso en Gastón Bachelard en su El agua y los sueños, donde explora los complejos relacionados con el agua; el llamado complejo de Ofelia, que da cuenta de la mujer que se ahoga”.
En Los terribles blues de Guayaquil, el autor busca construir la imagen de una ciudad portuaria ambivalente a ojos del protagonista: en ella aparece la posibilidad de dar un giro a su vida; no obstante, la encuentra fea, dentro de ella se siente un total desconocido.
La tela lame, hecha con seda azul, permea sobre el río Guayas y es como el tejido y la metáfora del viaje; en la literatura hay ciertas búsquedas que culminan con el desdibujamiento del protagonista, tal como sucede hoy día con las identidades en las redes sociales.
Ramírez Téllez aseguró que vio en Guayaquil un gran capital de símbolos que fueron el escenario del realismo mágico ecuatoriano: Eduardo Solá Franco fue una de las figuras más cosmopolitas de ese país en el siglo XX
. Fue calificado por cierta crítica de decadente
o aberrante
, de una marcada tendencia europeizante
en un momento en que el arte en Ecuador elogiaba la creación indigenista.
“En una de las exposiciones que asistí encontré una acuarela titulada Los terribles blues de Guayaquil; era una metáfora del desarraigo en pinceladas azules. La pieza me marcó como extranjero e hizo que me identificara con el anhelo de Eduardo: quiero pertenecer, pero no puedo”, indicó Said Ramírez.
Además, el autor aseguró que en la actualidad, los escritores deben enfocarse en crear obras que critiquen el afecto humano tan influenciado por el gran flujo de las redes sociales y cómo afectan a la comunicación; sin embargo, las personas priorizan aislarse en ellas
, concluyó Said Ramírez Téllez.