Jueves 26 de diciembre de 2024, p. 11
Tapachula, Chis., El albergue Jesús El Buen Pastor, ubicado en la frontera con Guatemala, sirvió alrededor de 800 platos de pollo estofado con arroz y un vaso de agua de horchata para que migrantes tuvieran una cena navideña.
Recibir un plato de comida caliente y que la festividad no pasara inadvertida fue un gesto de hospitalidad que les dio fuerza y esperanza para llegar a Estados Unidos, expusieron algunos de ellos.
Por lo menos tenemos algo que comer. Malo que estuviéramos en la calle sin algo que llevarnos a la boca
, dijo la venezolana Daniela Rodríguez.
La mujer, quien viaja con dos niños, llegó a Tapachula hace dos meses. Comentó que pasar la Navidad lejos de familia y amigos es triste, aunque consideró que vale la pena el esfuerzo por un mejor futuro.
Olga Sánchez Martínez, fundadora del albergue que brinda ayuda humanitaria desde hace más de tres décadas, contó que este año fue más difícil preparar la cena por la falta de apoyo de la sociedad.
Siempre les digo (a los extranjeros): no pierdan la esperanza de que van a llegar, van a tener una mejor vida un día; sigan adelante, hay que tener mucha fe
, manifestó.