Sobrecarga de trabajo detona la lesión
Jueves 26 de diciembre de 2024, p. a12
El seleccionado Raúl Jiménez, el americanista Kevin Álvarez, así como el ex jugador español Xabi Alonso se han enfrentado a ca-sos de pubalgia, una de las enfermedades más comunes que afectan a los futbolistas profesionales y que en ciertos casos tarda en ser atendida debido a que los jugadores temen detener su carrera o no le dan la debida importancia.
Es una lesión por sobreúso, muchas veces el futbolista no para de jugar o no reportan que tienen un dolor porque puede controlarse con analgésicos, pero es cuando se agrava y terminan en una cirugía
, indicó Cristina Rodríguez, directora de medicina del deporte de la Universidad Nacional Autónoma de México, a La Jornada.
La incertidumbre rondaba la carrera de Raúl Jiménez, de 33 años, antes del Mundial de Qatar 2022. El ariete apenas se recuperaba de una fractura de cráneo cuando comenzó a sentir una molestia en la pelvis, la cual fue diagnosticada como pubalgia.
Sin embargo, fue convocado por la selección mexicana para disputar la Copa del Mundo, aunque en ningún encuentro fue titular y se marchó sin goles. Jiménez se sometió a una cirugía seis meses después del torneo internacional y apenas ahora empieza a retomar su nivel de romperredes.
Al quirófano
El caso que enfrentó Jiménez es similar al de varios futbolistas, quienes enfrentan molestias durante un largo periodo al grado de que sólo pueden recuperarse con cirugía.
La pubalgia es una lesión que afecta a la región del pelvis por una inflamación en la zona de inserción de la musculatura abdominal en el borde superior del pubis. Generalmente aparece por el uso excesivo de la musculatura de la zona o por un sobresfuerzo de movimiento.
Hay cuatro grados de pubalgia, al principio se presenta dolor en un solo lado de la pelvis tras los entrenamientos o un partido; en el segundo nivel, las molestias son en ambos lados de la zona.
Cuando se agrava la lesión, el dolor se presenta durante los entrenamientos o cuando se realiza alguna actividad física, mientras en el cuarto grado las moles-tias son constantes, lo cual puede afectar a los deportistas para moverse o cuando estornudan.
Al ser una lesión por sobreúso, se requiere reposo de varios meses, terapia y tratamiento específico para evitar que un caso se agrave o se convierta en una situación crónica, lo cual afectaría el desempeño de los deportistas. No obstante, hay ocasiones en las que los futbolistas evitan reportar este tipo de molestias para no ver pausada su carrera.
–¿Qué tan común es que en ciertos casos estas lesiones se agraven debido a que los deportistas no pueden reposar?
–Es muy frecuente. No es una lesión tan común como las musculares, pero puede llegar a ser incapacitante. Si uno no la trata de manera oportuna en los estadios uno y dos es muy probable que llegue a una cirugía –apuntó Rodríguez.
“Esta es una lesión clásica por sobreúso. Entonces sí deben parar actividades, no totalmente, pero hacer otro tipo de ejercicios. Muchas veces si el futbolista no pausa, pues termina en cirugía.
Algunas veces no reportan las molestias o sólo les duele de manera ocasional y no le dan la debida importancia. Algunos no hablan porque tienen un partido de selección o piensan que si se quejan los quitarán de la titularidad; sin embargo, cuando lo hacen ya es tarde.
Sobrecarga de partidos
Si bien este tipo de lesiones requiere de descanso para evitar que se agraven o poder superarlas, los actuales calendarios con sobrecar-ga de partidos, incluso en el verano, parecieran convertirse en un obstáculo para la salud del jugador.
El sindicato de futbolistas Fifpro demandó a la FIFA ante la Comisión Europea por abusar de su posición dominante en el futbol al establecer los calendarios de las competencias, pues señaló que existían jugadores, como el argentino Julián Álvarez, que fueron convocados en 70 ocasiones en una misma temporada.
–Este tipo de calendarios, que cada vez son más cargados, ¿tienen una repercusión en este tipo de lesiones como la pubalgia?
–Sí, cuando no están bien verificadas las cargas de trabajo puede afectar. Aquí el papel más importante lo jugarían los preparadores físicos, deben saber cómo entrenar adecuadamente a los jugadores, sobre todo cómo ir incrementando las cargas y tratar de que no aparezcan estas lesiones por excesos –señaló la especialista.
El americanista Kevin Álvarez dio en febrero una polémica declaración al revelar que hacía cuatro meses le habían diagnostica-do pubalgia y se inyectaba tres o cuatro veces por semana para contener el dolor. No obstante, la situación del americanista se agravó y fue sometido en mayo a una cirugía, por lo cual retornó a las canchas en septiembre para después alzar el título con las Águilas.
Hay muchos jugadores que se operan y vuelven al mismo nivel. Se necesita una recuperación de seis a ocho semanas para que cicatricen bien los aductores y desaparezcan los hematomas. Después pueden empezar con cargas leves de trabajo. Es importante dejar esto en claro: con la atención debida y a tiempo, los jugadores pueden recuperar el mismo nivel que tenían antes de la lesión
, concluyó el especialista.