El gobierno de Boric permitirá al de Luis Arce el uso del puerto Arica para el desembarco de buques petroleros
Martes 24 de diciembre de 2024, p. 18
Santiago. Los gobiernos de Chile y Bolivia suscribieron un acuerdo de cooperación sobre el retorno y reingreso de migrantes indocumentados, una negociación que hace viable el comienzo de una solución del referido asunto crítico para las autoridades chilenas, pues hasta ahora, Bolivia no permitía el retorno de personas de terceros países.
Ambos estados suscribieron también convenios orientados a combatir el contrabando y regular el tránsito de habitantes en zonas limítrofes.
Chile y Bolivia comparten una frontera de 860 kilómetros en el altiplano, que ha sido profusamente utilizada para el ingreso irregular de extranjeros mediante pasos no habilitados, así como para el trasiego clandestino de mercancías.
La suscripción del pacto, definido como histórico, ocurrió el viernes 20 en el Palacio de La Moneda, sede del gobierno, a cargo de la ministra del Interior, Carolina Tohá, y el titular de Gobierno boliviano, Eduardo del Castillo, de cuya presencia en la capital chilena sólo se tuvo conocimiento antes del anuncio de la firma.
Las negociaciones entre ambos países, que no tienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde 1978, se intensificaron con total discreción a partir de septiembre, e incluyeron asuntos de seguridad en un inédito esfuerzo de cooperación bilateral, considerando que el vínculo entre ambas naciones está marcado por la demanda boliviana de acceso soberano al océano Pacífico, el cual perdió en una guerra hacia fines del siglo XIX, pero al cual no ha renunciado.
El pacto aplica tanto a ciudadanos chilenos y bolivianos como a migrantes de terceros países y establece que ambas naciones aceptarán el retorno de sus ciudadanos y de migrantes provenientes de otras naciones detectados en situación irregular.
De acuerdo con lo informado, si la policía de carabineros o el ejército encuentra a un ciudadano boliviano o de un tercer país dentro de la zona de 10 kilómetros desde la frontera hacia el interior del territorio chileno, esa persona será entregada a la policía boliviana, previo registro biométrico.
En los últimos ocho años, Chile ha recibido una oleada de migrantes principalmente de Venezuela (530 mil) y de Colombia (190 mil), de los cuales se estima que unos 300 mil residen de manera irregular; recientemente, el gobierno anunció que considera normalizar la estadía de 182 mil que hasta 2023 aceptaron empadronarse .
Desde que Chile militarizó sectores de la frontera, a comienzos de 2023, los ingresos irregulares han bajado 37 por ciento respecto a 2023 y 49 por ciento en relación a2021, refieren las estadísticas oficiales.
De acuerdo con la prensa local, que cita fuentes de la oposición, Bolivia se allanó a suscribir este acuerdo, al cual había sido muy reticente, a cambio de que Chile brinde más facilidades para el rápido abastecimiento de petróleo y combustibles desde el puerto de Arica, que es trasegado en camiones y ductos por el altiplano.
El gobierno del presidente Luis Arce está enfrentando una severa escasez de hidrocarburos a tal nivel que por momentos ha semiparalizado al país, entre otras explicaciones, porque en ocasiones las fuertes mareas y el oleaje impiden la descarga oportuna desde los tanqueros, retrasando su bombeo o acarreo a Bolivia.