Martes 24 de diciembre de 2024, p. 13
El lento dinamismo del consumo y la inversión en un año electoral –que incluyó un cambio de sexenio– propiciaron ajustes en las expectativas de las principales variables económicas de México por parte de las instituciones financieras, incluso de la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que modificó sus previsiones en los Criterios Generales de Política Económica, el documento macroeconómico eje que se presenta cada año con el paquete económico.
En el caso del producto interno bruto (PIB), antes de que empezara 2024 el gobierno federal estimó una expansión de entre 2.5 y 3.5 por ciento y de 2 a 3 por ciento para 2025. Un año después, si bien la previsión de crecimiento para 2025 se mantiene igual en los documentos de Hacienda, la de 2024 fue recortada a un rango de entre 1.5 y 2.5 por ciento.
Esos intervalos superan los del consenso de 41 especialistas del sector privado nacional y extranjero encuestados por el Banco de México, que estiman un crecimiento de 1.5 por ciento anual en 2024 y de 1.1 por ciento en 2025.
Un año atrás, en la encuesta de diciembre de 2023, el pronóstico de crecimiento para 2024 era de 2.2 por ciento y de 2 por ciento para 2025.
También en octubre, el Fondo Monetario Internacional realizó un nuevo ajuste y recortó su previsión para la economía mexicana a 1.5 por ciento (en julio era de 2.2 por ciento y en enero de 2.7).
El miércoles pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) informó que la economía mexicana avanzaría 1.4 por ciento en 2024 y en agosto publicó un estimado de 1.9 por ciento.
Sin embargo, debido a las políticas proteccionistas que Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos, amenaza con implementar, la Cepal disminuyó la previsión de crecimiento de México el próximo año a sólo 1.2 por ciento.