Desde los primeros siete días del año el deporte se tiñó de luto. El fallecimiento de dos leyendas de talla internacional en el futbol, como el brasileño Mario Zagallo (92 años) y el alemán Franz Beckenbauer (78), cimbró a miles de personas que escuchaban a padres y abuelos recordar antiguas batallas en las Copas del Mundo. Dos semanas después, los principales medios de Europa reportaron la muerte del italiano Gigi Riva (79), máximo goleador de la historia de la Nazionale, y en mayo Argentina lloró a César Luis Menotti (85), monarca del orbe con la albiceleste en 1978. El sonido de la tristeza invadió también Los Ángeles a finales de octubre, cuando una multitud salió a despedir al mexicano Fernando Toro Valenzuela (63), mítico lanzador de Dodgers, al sufrir un choque séptico, según su certificado de defunción.

Ese mismo mes el adiós de viejos héroes pasó a Países Bajos, con el deceso de Johan Neeskens (73), una de las leyendas de la Naranja Mecánica que alcanzó dos finales del mundo consecutivas en 1974 y 1978. Sven-Goran Eriksson (76), ex técnico de México y primer extranjero en hacerse cargo de la selección de Inglaterra entre 2001 y 2006, estuvo rodeado por sus familiares en Bjorkefors, al oeste de Suecia, en una noche de agosto en la que todo fue muy rápido y de forma tranquila después de una larga lucha contra el cáncer de páncreas, de acuerdo con su familia.

En Kenia, una despedida de lo más prematura, porque apenas contaba 24 años, conmovió al mundo del atletismo. El keniano Kelvin Kiptum, plusmarquista mundial de maratón y quien de pequeño cuidaba cabras y ovejas, perdió el control de su coche antes de chocar contra un árbol y caer en una zanja. Murió junto con su entrenador a inicios de febrero. Otra estrella, repleta de claroscuros, partió en abril a causa de un cáncer de próstata, luego de una vida que lo convirtió en una de las personas más famosas de Estados Unidos: el jugador de futbol americano O. J. Simspon (76), absuelto en el Juicio del Siglo por el asesinato de su ex mujer en 1995.

Jerry West (86), campeón de la NBA en 1972 con los Lakers de Los Ángeles y cuya silueta sirvió de modelo para el logo oficial de la liga, dejó un hueco en el corazón de los aficionados, como definió el legendario Earvin Magic Johnson, al fallecer en junio por causas que no se revelaron. Un integrante del Salón de la Fama, el congoleño Dikembe Mutombo, ocho veces All-Star entre 1990 y 2000, fue despedido con igual desconsuelo en su país al confirmarse su muerte a finales de septiembre. Willie Mays (93), leyenda de Gigantes de San Francisco, falleció en junio tras una carrera que lo convirtió en el mejor jardinero central de todos los tiempos.

Mucho más recientes fueron los decesos de Neale Fraser (90), ícono del tenis australiano y vencedor de 19 trofeos Grand Slam, y Rik van Looy (90), primer ciclista en ganar todas las pruebas grandes en los años 1950 y 1960, ambos en los primeros días de este mes.