Lunes 23 de diciembre de 2024, p. 26
A 27 años de la masacre de Acteal, Chiapas, los perpetradores de este tipo de actos ya no portan uniformes paramilitares
, pero ahora operan bajo el membrete de grupos armados de la delincuencia organizada, que establecen pactos con políticos, militares y empresarios
, sostuvo el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba).
En un texto, dijo que la violencia de ayer y la de hoy tienen un mismo origen: la impunidad y el proyecto de muerte contra los pueblos originarios en México
.
Al recordar la masacre de 45 tsotsiles cometida en esa comunidad chiapaneca del municipio de Chenalhó, el 22 de diciembre de 1997, expuso que en aquella ocasión “un grupo paramilitar, con la complicidad del Ejército mexicano, cometió una de las masacres más atroces de la historia de los pueblos indígenas en México. En esa mañana de horror, mujeres, niñas, niños y personas mayores indígenas mayas tsotsiles fueron ejecutadas por no someterse al proyecto de muerte de aquel régimen”.
Afirmó que los responsables de los hechos de 1997 actuaron bajo los mismos principios y razones que aquellos que ejecutaron al cura Marcelo Pérez el 20 de octubre pasado.
También comparten las mismas ideas de aquellos que ultimaron al también defensor de derechos humanos, Simón Pedro Pérez López, el 5 de julio de 2021, y con quienes desaparecieron forzadamente a Antonio González Méndez, el 18 de enero de 1999
, crimen por el cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó al Estado mexicano.
En referencia a esa sentencia, el Frayba la califico de un paso fundamental en la búsqueda de justicia para las víctimas del terrorismo de Estado
, ejercido a través de la política de contrainsurgencia emprendida en la década de los noventa.
Apuntó que a Corte IDH reconoció que el Ejército mexicano formó, financió, adiestró, armó y protegió a grupos paramilitares culpables de violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, cometidos en el marco de la política contrainsurgente que se ha mantenido en lastimosa impunidad
.
Al citar al cura Marcelo Pérez Pérez, el centro de derechos humanos expresó: Las Abejas de Acteal nos enseñan con su ejemplo los valores, principios y las acciones para construir un camino hacia la paz, una paz que hoy parece distante pero no imposible
.
Y aunque el asesinato del cura conmocionó a quienes luchan por la vida, la justicia y los derechos, “también nos impulsa a exigir justicia, verdad y reparación para todas las víctimas, el final de los pactos de impunidad, la narcopolítica y las alianzas entre militares, empresarios, políticos y la delincuencia organizada”, concluyó.