La omisión o apoyo de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y autoridades ha permitido que comerciantes abarroten los alrededores de la estación La Raza del Metro y los llamados viene viene ocupen banquetas, camellones y el carril de extrema derecha de avenida Insurgentes Norte cada domingo.

Usuarios del transporte público, peatones y vecinos denunciaron que ni la policía ni la alcaldía Gustavo A. Madero, y menos el gobierno capitalino, han metido orden y nos obligan a caminar entre los carros que circulan en Insurgentes para llegar a nuestro destino.

El riesgo de sufrir un accidente existe porque los carros no bajan la velocidad, pero no hay de otra porque los franeleros ocupan todos los espacios para estacionar los carros de las personas que vienen al tianguis, quienes les pagan entre 30 y 50 pesos, dijeron.

La llegada a la estación La Raza, correspondencia de las líneas 3 y 5 del Metro, señalaron, se convierte en toda una hazaña porque debes pasar por un montón de puestos de ropa de paca, de zapatos, de lencería y comida, entre otros.

En un recorrido por el lugar fue imposible ubicar de lejos la entrada a la estación ante la gran cantidad de lonas de color rojo, amarillo, blanco y azul que cubren los puestos, donde los gritos de los vendedores se mezclaban con la música de banda, cumbia y reguetón.

Los letreros de prendas a 40 pesos, tres por 100, ropa mixta a 100 pesos la pieza o ropa nueva de marca llevó a algunos usuarios del Metrobús que se dirigían al Metro a checar ofertas tras cruzar el puente peatonal, cuya reja es utilizada diariamente para ofertar ropa.

Mientras, otros intentaban llegar a la entrada de la estación La Raza para continuar con su camino, sorteando los grandes puestos de ropa instalados en mesas, de mochilas, maletas, bolsas, zapatos y tenis, con la advertencia de pagar si tiraban algún producto.

Los trabajos de remodelación que hicieron las autoridades en la zona sólo han servido para atraer más gente, sin que se ponga orden y se evite que los puestos tapen la entrada a la estación, teniendo que caminar entre carros para llegar a la estación, afirmaron.

Policías que se encontraban en el lugar manifestaron que no nos toca intervenir, es cosa del gobierno central y la alcaldía. Nosotros sólo vigilamos que no haya delitos.

Usuarios lamentaron que “la omisión de las autoridades permita que se coloquen puestos afuera de las estaciones del Metro, como en Aragón, de la línea 5, por ejemplo, donde ya hasta son fijos porque ‘le entran con su cuerno’ a la gente de la alcaldía para no ser levantados”.