Cuernavaca, Mor., El estado de Morelos ocupa el primer lugar en porcentaje de viviendas particulares no habitadas, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Hubo un incremento en las casas particulares no habitadas –integradas por hogares deshabitados y de uso temporal— del censo de 2010 al de 2020, ya que de 27.2 por ciento de inmuebles no ocupados que había en el primer registro, subió a 36 por ciento la cifra de domicilios particulares sin utilizar. Es decir, una de cada tres está deshabitada o es de uso temporal.

Saúl Roque Morales, dirigente social de la comunidad indígena Xoxocotla, consideró que la mayoría de las viviendas no habitadas, algunas del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), están vacías por haberse edificado en lugares muy lejanos de Cuernavaca, la capital, en zonas inseguras y controladas por el crimen organizado, o no respetaron los lineamientos ambientales, lo que provocó inconformidad entre las poblaciones originarias vecinas, pues la llegada de estos fraccionamientos provocó que se taparan ojos de agua y lagunas, además que usarían el líquido de manantiales que eran de uso de pobladores originarios, no para miles de familias, lo que resultó a la larga insuficiente hasta para los habitantes que ya estaban ahí.

Explicó que la construcción de miles de conjuntos habitacionales comenzó en el año 2000, durante la administración de Vicente Fox y se multiplicó en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), por actos de corrupción de las autoridades municipales, estatales, y hasta federales, como el Infonavit delegación Morelos.

Sostuvo que invadieron tierras ejidales y utilizaron materiales de mala calidad para su cimentación, por lo cual muchas familias no las ocuparon, otras no se vendieron y las restantes no se pagaron; esta situación aplicó para varios derechohabientes de la institución que compraron, sin cerciorarse, cómo se habían hecho de las edificaciones.

El activista recordó que entre 2006 y 2008 encabezó un movimiento que llamaron Los Trece Pueblos en Defensa del Agua, el Aire y la Tierra para enfrentar ese proyecto neoliberal devastador, ya que en esa década llegaron decenas de fraccionamientos, algunos de Infonavit, y otros de empresas particulares, que construyeron miles de mini casas principalmente en los municipios de Xochitepec, Emiliano Zapata, Temixco, Jiutepec y Cuernavaca.

Diez años después se expandieron (los fraccionamientos corruptos) en la zona oriente, poniente, sur y norte del estado, sin que ninguna autoridad estatal o municipal los frenara pese al deterioro ambiental.

Para la realización de este trabajo la corresponsalía de La Jornada solicitó una entrevista con Jorge Salgado Ruiz, delegado del Infonavit Morelos, pero personal de la dependencia indicó que su titular no podía dar ningún tipo de declaración, ni datos sobre las casas deshabitadas.