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Tu colonia

Población flotante triplica a los residentes

Polanco: de zona residencial a ser de oficinas y comercios

Las casas estilo californiano fueron demolidas para erigir complejos habitacionales y de corporativos

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▲ Un centro comercial entre departamentos.Foto Roberto García
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▲ Jardín de la colonia entre 1925 y 1930, pertenece al Archivo Casasola; fuente en un parque de Polanco, de 1955, colección Revista Hoy, propiedad de la Fototeca Nacional del INAH. https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A142865. https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A457186 .Foto Roberto García
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▲ El teatro Ángela Peralta.Foto Roberto García
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▲ Una boutique.Foto Roberto García
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Periódico La Jornada
Domingo 22 de diciembre de 2024, p. 25

Fundada en la tercera década del siglo XX como una colonia habitacional para las nacientes élites posrevolucionarias, Polanco enfrenta una creciente presión inmobiliaria que ha desplazado a sus antiguos habitantes para dar paso a oficinas, comercios, restaurantes y bares; según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población flotante triplica el número de residentes.

Pasó de ser una colonia netamente residencial a un barrio con muchas oficinas ilegales en lo que eran casas unifamiliares, es decir, no cuentan con el uso de suelo, afirma Mayté de las Rivas, vecina de la zona desde hace más de 30 años.

Ubicada en parte de lo que fue la Hacienda de los Morales, Polanco, albergó en sus inicios a familias de empresarios; el censo de 2020 registró 32 mil habitantes, pero se calcula que laboran más de 106 mil personas, según datos más recientes del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del Inegi, lo que ha generado problemas de tránsito vehicular y la proliferación del comercio ambulante.

Los vecinos se quejan de que por los desarrollos inmobiliarios se han demolido decenas de grandes residencias de estilo neocaliforniano, construidas por importantes arquitectos, entre ellos Mario Pani y Francisco Serrano, para dar paso a torres de departamentos, corporativos y comercios, como es el caso de la llamada calle más cara de México, Presidente Masaryk, llena de restaurantes y tiendas de marcas de lujo como Cartier, Chanel, Tiffany y Hugo Boss, entre otras.

Es una de las 88 colonias de la alcaldía Miguel Hidalgo; fue fundada por los fraccionadores Raúl Basurto y José de la Lama luego del éxito que tuvieron en la Hipódromo Condesa, señala la cronista María Bustamante. Consta de cinco secciones, 218 manzanas y 349 hectáreas; limita al norte con avenida Ejército Nacional, al este con Mariano Escobedo y Campos Elíseos; al sur, con Paseo de la Reforma y el Bosque de Chapultepec, y al oeste con bulevar Manuel Ávila Camacho.

La primera área en ser fraccionada es la que comprende el actual Parque Lincoln, hasta a la avenida Julio Verne, que era la entrada a la colonia por Paseo de la Reforma, donde se colocó un obelisco en honor a Simón Bolívar, así como la calle Campos Elíseos, por donde corría el río de Los Morales.

Bustamante destaca que se edificaron residencias de estilo arquitectónico californiano o neobarroco. Eran casas de mucho abolengo, con muchísima decoración en su herrería, en su cantera, con techos a dos o cuatro aguas y tejas rojas que ofrecían una imagen impresionante.

El diseño de las casas era parte del reglamento del fraccionamiento y eran pocas las que salían de la norma, tal es el caso del emblemático Pasaje Polanco, construido por el arquitecto Francisco J. Serrano, que es un complejo comercial en cuyo interior hay viviendas aún habitadas.

Al caminar por sus calles se observa que ya son pocas las grandes residencias que quedan y algunas funcionan como oficinas. Y es que a partir de las década de los 90 empezaron a llegar los grandes corporativos, hoteles de lujo y a construirse torres habitacionales, además de comercios y restaurantes.

Se empiezan a demoler las casonas, explica Bustamante; tan sólo en la gestión de Fernando Aboitiz como delegado, entre 2003 y 2006, fueron tiradas 72 y se incrementó la densificación de vialidades como Arquímedes, con torres altas, por lo que se inició un movimiento para declarar a las viejas casas patrimonio cultural y artístico, pero de una lista de mil inmuebles, menos de 300 fueron incluidos.

Pese a eso, las vecinas señalan que Polanco es un gran lugar para vivir, pues sus calles y avenidas son arboladas, cuenta con parques importantes como el Lincoln, donde se ubica el teatro Ángela Peralta, así como Las Américas, con la iglesia de San Agustín, además de ser sede de embajadas y el Conservatorio Nacional de Música.

En 2014 el Programa Parcial de Desarrollo Urbano identificaba el decremento de los residentes como un problema por la sustitución de inmuebles con uso habitacional para servicios y comercios, de allí que se comenzaron a aprobar cambios para permitir la construcción de edificios habitacionales con mayor altura, recuerda De las Rivas.

Según el Inegi, la tasa de crecimiento de la colonia es de 0.30 por ciento, lo que se traduce en un incremento de 964 habitantes entre 2010 y 2020. Para 2022 se reportaron 4 mil 639 establecimientos, entre corporativos, restaurantes y comercios, con 23 empleados en promedio.

Todas las oficinas que nos han abierto han colapsado la colonia; Moliere y Lamartine, por ejemplo, están llenas de gente que va de paso.