Una medida como la anunciada este jueves por el gobierno federal para proteger a la industria textil mexicana forma parte de un objetivo estratégico de respaldo a la planta productiva nacional. No es una acción contra ningún país en particular, acota Marcelo Ebrard, secretario de Economía.

Se trata de proteger a la planta productiva nacional evitando el contrabando o la introducción irregular de artículos, comenta el funcionario en una conversación con La Jornada en sus oficinas de la Secretaría de Economía.

La presidenta Claudia Sheinbaum firmó ayer un decreto que impone un arancel –o gravamen– de 35 por ciento sobre el precio de ingreso al país a productos textiles que llegan de países con los que México no tiene tratado comercial. Esta acción sigue a otras tomadas recientemente por la administración federal como la Operación limpieza, que se ha realizado en la capital del país, Hermosillo, Sonora, y Saltillo, Coahuila, que busca atacar el contrabando y la piratería, dos prácticas que terminan por afectar a productores nacionales.

Ebrard inscribe estas acciones como parte del fomento al desarrollo de la industria mexicana y la búsqueda de aumentar el contenido nacional en los bienes que se consumen en el país. En la medida que ambas partes se consoliden, aumentará el empleo en México.

Prácticamente la mitad de los productos que ingresan al país como importaciones temporales para la industria textil libre de aranceles, y que en teoría deberían ser incorporados a una prenda que debería ser exportada, se queda en México, de acuerdo con los datos aportados por el secretario Ebrard.

Un problema que se agudizó

El sector textil, a decir de los propios empresarios del ramo, ha sido uno de los más afectados de toda la planta productiva nacional por las importaciones irregulares o una suerte de contrabando disfrazado.

La entrada irregular de productos textiles es un grave problema para esa industria en México, comentó a La Jornada Vidal Llerenas, subsecretario de industria y comercio de la Secretaría de Economía.

Agrega que las medidas anunciadas este jueves buscan encarecer la entrada irregular de textiles, a partir de la imposición de un arancel de 35 por ciento, aplicable a todas esas mercancías que lleguen desde países con los que México no tiene tratado de libre comercio.

Por una parte, el gobierno impuso el arancel y, por la otra, impedirá que se queden para la venta productos que ingresan al país como importación temporal para ser añadidos a prendas que se manufacturan aquí para la exportación.

Se tendrá que ir evaluando la temporalidad de las medidas, expone. Explicó que el gobierno federal tuvo bastante diálogo con los empresarios textileros antes del anuncio de las medidas.

También está el tema de las agencias aduanales, las instancias del sector privado desde las que se realizan los trámites de importación. Es evidente que hay un tema con las agencias aduanales, se importan textiles de manera brutal y eso es algo que se debe investigar porque se ha agudizado.