Al festejar ayer el Día Internacional del Migrante, la Organización de Naciones Unidas (ONU) resaltó las incalculables contribuciones de millones de personas en todo el mundo. Agregó que debe ponerse de relieve el entorno cada vez más complejo en el que se produce este fenómeno: los conflictos, las catástrofes climáticas y las presiones económicas empujan a millones de personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad o de oportunidades.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reconoció los aportes de las poblaciones migrantes a las comunidades receptoras, al tiempo que insistió en desafíos que enfrentan0 como los prejuicios y la discriminación.

Naciones Unidas afirmó, en su portal, que el año pasado se registraron niveles récord de desplazamientos internos, se incrementaron las necesidades humanitarias en nuevas y actuales crisis y, desafortunadamente, se alcanzó la cifra más alta de muertes de migrantes en tránsito.

Añadió que entre estas situaciones también hay historias de resiliencia, progreso y esperanza. Una migración segura y bien gestionada alberga muchas posibilidades. Los migrantes desempeñan un papel fundamental en los mercados laborales: colman las lagunas de cualificación, impulsan la innovación y el espíritu empresarial y resuelven los retos demográficos en sociedades que envejecen. Los migrantes impulsan el crecimiento económico y son un sustento para las familias y comunidades de origen, lo que a su vez fomenta el desarrollo.

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirmó que desde 2014, casi 70 mil migrantes han muerto o desaparecido a lo largo de las rutas terrestres o marítimas, y es probable que la cifra real sea aún mucho mayor.

Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, desde 2014 se han registrado más de 63 mil muertes de migrantes en el mundo. La ruta más mortífera es el Mediterráneo central, donde al menos 22 mil 871 personas han perdido la vida. Pero, la ruta terrestre más letal es la frontera entre Estados Unidos y México.

Cada muerte registrada representa a una persona cuya pérdida afecta profundamente a su familia y repercute en todas las comunidades y sociedades. Se trata de una crisis humanitaria silenciada que se puede resolver, afirmó la ONU.

Guterres reconoció los aportes de las poblaciones migrantes a las comunidades receptoras, al tiempo que insistió en desafíos como los prejuicios y la discriminación.

Reclamó apoyo y humanidad común para trabajar en revertir estas tendencias nocivas y pidió defender hoy, y todos los días, los derechos de los migrantes y trabajar por sistemas seguros, humanos e inclusivos.

También recordó lo planteado por el Pacto Mundial para la Migración, adoptado hace seis años, que ofrece soluciones concretas para protegerlos cada paso de sus viajes y seguir ampliando las vías de migración basadas en los derechos.

Mientras, en Los Ángeles y en Washington se realizaron protestas de migrantes y de organizaciones en apoyo de los derechos de los trabajadores en movilidad.

(Con información de Prensa Latina)