París. El mundo del deporte vivió en 2024 unos Juegos Olímpicos de postal en París, pero también estuvo marcado por quejas cada vez más habituales de los deportistas por la sobrecarga del calendario para mantener en marcha la máquina del Sport Business.

La Torre Eiffel, el Campo de Marte, el Grand Palais, Versalles e incluso la paradisiaca Teahupo’o fueron los espectaculares escenarios de las hazañas de los deportistas en los Olímpicos y Paralímpicos.

Gestas como el salto del garrochista Armand Duplantis, el regreso de la reina de la gimnasia Simone Biles, la coronación de Leon Marchand como nuevo rey de la natación, el oro de Novak Djokovic, el gran título que le faltaba, el histórico doblete del ciclista belga Remco Evenepoel, la consagración del luchador Mijaín López, único ganador de cinco oros al hilo en una misma prueba o la carrera a la gloria de Marileidy Paulino en los 400 metros.

Instantes memorables

Más allá de los resultados deportivos quedaron otras imágenes para el recuerdo como la espectacular inauguración en el Sena y el relevo de Los Ángeles 2028 de la mano de Tom Cruise, los últimos raquetazos de Rafael Nadal en Roland Garros, el gesto de humildad de Biles en el podio al postrarse ante Rebeca Andrade, campeona olímpica de piso, la selfi de los jugadores de tenis de mesa de las dos Coreas, la levitación de Gabriel Medina tras domar una ola perfecta, o la postura de serial killer de la tiradora Kim Ye-ji, en contraste con la relajación del turco Yusuf Dikec.

Sin olvidar momentos tristes como las lágrimas de Carolina Marín, cuya rodilla dijo basta cerca de clasificarse para la final de bádminton o la polémica de las boxeadoras Imane Khelif y Lin Yu-ting, víctimas de ataques a su género.

En resumen, una quincena de ensueño que prosiguió con los Paralímpicos en perfecta simbiosis, como demostraron los estadunidenses Tara Davis-Woodwall y su marido Hunter. Ella, campeona del salto largo y, semanas después, él, amputado de ambas piernas, conquistó los títulos de 200 y 400 metros.

El nadador brasileño Gabrielzinho, el estadunidense Matt Sutzman, el arquero sin brazos, y la polifacética Oksana Masters, capaz de ganar preseas en distintas disciplinas, tanto en Juegos de verano como de invierno, también entraron en el Olimpo por su ejemplo de superación.

Disputas por el calendario

Más allá de los Juegos, el gran debate de 2024 fue la sobrecarga de los calendarios en la mayoría de deportes, con nuevas competiciones o ampliaciones de las existentes: más carreras en mundiales de Fórmula 1 y MotoGP, torneos de tenis de diciembre a noviembre, duelos ciclistas en todos los continentes, nuevos circuitos en atletismo o golf para competir con los tradicionales, etcétera.

Sin duda, el deporte que más ha dado de qué hablar es el futbol. La sobrecarga es más evidente en Europa. A la Liga de Naciones que la UEFA creó en 2018, al Mundial de 48 equipos desde 2026 y los campeonatos con 20 equipos (Inglaterra, España o Italia), se unió la Liga de Campeones, principal torneo de clubes y el más lucrativo, con más equipos (de 32 a 36) y más partidos (144 en lugar de 96).

Si no fuera suficiente, la FIFA confirmó fechas y sedes para el Mundial de Clubes, que se disputará en Estados Unidos en junio y julio en 2025, con 32 equipos de todas las confederaciones y 63 partidos más.

Futbolistas de renombre expresaron su frustración por un calendario cada vez más largo que les deja menos tiempo para descansar y recuperarse, y el Balón de Oro, Rodri, dijo en septiembre que los jugadores están cerca de la huelga si todo sigue igual.