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Divulgación de libros académicos no sirve si no ayuda a resolver problemas, señala la Flacso
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de diciembre de 2024, p. 8

La estrategia de divulgación de los libros académicos debe estar dirigida hacia las comunidades y sectores de la sociedad a las que beneficien y ayuden los resultados obtenidos, pues de nada sirve la distribución entre pares si no llega a la resolución de conflictos, aseguró Gloria del Castillo Alemán directora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) México.

En 2023, se asignaron 25 mil 701 Códigos Internacional Normalizado para Libros (ISBN por sus siglas en inglés), de éstos 17 mil 422 para obras impresas y 8 mil 279 para libros digitales, es decir, se tuvo una distribución de 68 por ciento y 31 por ciento respectivamente, de acuerdo a datos del Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor). De ellos, las universidades (públicas, privadas e institutos de enseñanza superior) solicitaron 4 mil 662 números, 18 por ciento.

La directora de Flacso, en entrevista con La Jornada, afirmó que todo aquello que hagamos e investiguemos tiene que incidir en la comprensión y resolución de problemas públicos, pues es la misión como institución de educación superior, como organismo internacional. Para Gabriela del Castillo, la divulgación tiene que ir más allá de las ferias de libro y las presentaciones en las universidades, pues al ser entre pares ya saben del tema, tenemos que salir de esa cápsula y llegar a los públicos que son realmente el objetivo.

Por ello, toda estrategia de divulgación de libros académicos tiene que tener en el centro a los públicos a quienes nosotros debemos de acercarnos de acuerdo a las temáticas. Además, reconoció que al ser un país donde el número de lectores es mínimo, desde la academia se deben buscar espacios para conectar con los lectores, por ejemplo, en redes sociales y plataformas digitales para llamar la atención de las personas y que se acerquen a estos contenidos; es un reto durísimo poder competir con el contenido en redes, pero a través de diversas estrategias y usando esos mismos canales se puede lograr, señaló.

Explicó que no hay una estrategia única, sino que ésta se tiene que ir construyendo junto con los públicos más cercanos dependiendo del tema. Por ejemplo, si se habla de los problemas de agua y sus soluciones, se tiene que buscar a comunidades que enfrenten esta situación para que estén enterados de los hallazgos de la investigación y puedan revisar si son de utilidad para su situación, puesto que no se trata sólo de sacar libros, hay que acompañarlos con estrategias para que lleguen a los públicos claves, precisó.

La importancia de los libros académicos, destacó, está en un rigor metodológico, científico y la información actualizada que puede ser útil no solamente para la toma de decisiones a nivel de políticas públicas, sino para la población en general, para las organizaciones de la sociedad civil que continuamente buscan incidir.

Además, para ella, tener un conocimiento muy puntual y estratégico de la información ayuda en la resolución de problemas públicos, pues consideró que, al ser una institución académica, los temas de investigación tienen que ser de actualidad y responder a las demandas de la sociedad.

En cuanto a publicaciones, mencionó que prefieren tener tirajes cortos para priorizar recursos y en caso de ser necesario, por la demanda, se vuelvan a imprimir.