Grupo Pachuca sonríe sobre el ring futbolero
ara darle tinte de novela borrascosa con pinceladas de vendetta, bien podría decirse que el futbol mexicano acaba de contemplar la venganza de Jesús Martínez Patiño, jerarca de Grupo Pachuca, quien en septiembre de 2017 fracasó al oponerse a Televisa, cuando esta renovó contrato sobre los derechos de transmisión del Tri. En la asamblea del viernes, en cambio, el dirigente tuzo fue líder exitoso en la negativa al ‘Fondo de inversión’ que impulsa el duopolio, y puso de su lado a 9 equipos, entre ellos los de mayor arrastre y poder económico: Tigres, Rayados, Cruz Azul y Chivas.
Televisa y Tv Azteca, cuyos dueños son acicateados por la justicia estadunidense, que los tiene contra la pared exigiendo cuentas por presuntas fechorías, no se resignan al naufragio del proyecto para inyectar el llamado Fondo de inversión
(unos mil 300 millones de dólares) a la Liga Mx, procedente del corporativo Apollo Global Management. Sin embargo, resulta que durante décadas el duopolio ha sido el principal opresor y explotador del balompié nacional y de la selección, entonces ¿de cuándo a acá le interesa su desarrollo y mejora?
A todas luces hay gato encerrado en el desmedido interés en imponer ese plan que, por lo pronto y al no prosperar, llevó a la renuncia del llamado ‘alto comisionado’, Juan Carlos Bomba Rodríguez. De nada le valió a Ricardo Salinas Pliego --tras su arribo en helicóptero-- presentarse en las oficinas de la Federación Mexicana de Futbol, en Toluca, con una corte de abogados para tratar de convencer a los renuentes. Tampoco bastó la presencia de Emilio Azcárraga Jean… Martínez, en alianza con el potentado español Miguel Ángel Gil (Atlético San Luis), ya había hecho eficaz trabajo en contra.
¿Qué tan empantanados estarán Azcárraga Jean y Salinas Pliego en sus líos económicos y de tribunales, al grado de insistir en ceder parte del manejo futbolero al capital estadunidense?, pues tras la renuncia de Rodríguez eligieron como interino al comodín Mikel Arriola, con la encomienda de persistir sin fatiga para ganar adeptos hacia el Fondo de inversión… Salinas acaba de sufrir una tremenda devaluación en su capital y eso duele un carajo, por más que bromee al respecto en sus redes sociales. Y Azcárraga, humillado, para salvar lo principal, debió hacerse a un lado en la televisora que fundó su abuelo.
Desde 2022 el duopolio resintió el auge de transmisiones por streaming y aunque Vix (Televisa) logró tener en algún momento a los 18 equipos, ahora sólo le quedan 13, varios con señal compartida. Debe pagar más para competir. Y ¡alerta!, el producto se deprecia: increíble que dos equipos de prosapia, Cruz Azul y América, estén sin estadio; cada vez hay más partidos infumables, inmersos en un torneo bastante romo de 17 fechas, en el que no tiene sentido ser líder o sublíder; lo crucial es el disparate llamado play-in y la liguilla… El paupérrimo espectáculo derivó en el alejamiento de los estadios de medio millón de aficionados en 2024.
A los opositores al Fondo
no les interesa recibir dinero a cambio de auditorías que les impidan continuar haciendo maniobras por debajo de la mesa, a seguir prendidos a la teta de los gobiernos locales succionando presupuesto público, por partida doble si son multipropietarios. Incluso a los más ricos, como Rayados y Tigres, les condonan impuestos y el pago de servicios.… El tema es político, por no decir vil grilla de grupos, los coleros no brillan no porque les urja una inyección de recursos, sino por el desdén de sus dueños y porque no hay descenso.
El Fondo de inversión no es la tabla de salvación, por más que los jilgueros de las televisoras, al borde de las lágrimas, hayan decretado el viernes 13, como un día muy triste
. El futbol mexicano tendrá un renacer si regresa el ascenso y descenso, si hay reducción de extranjeros e impulsan a jugadores surgidos del barrio, de esos que por su carisma arrastran a las masas… Los Tuzos sonríen también en la cancha tras instalarse en la final de la Copa Intercontinental, donde chocarán contra el Real Madrid… La Bomba Rodríguez hizo bien en irse y su inflado grupo de trabajo empieza a desgranarse.