El pasado 30 de agosto de 2024, durante un concierto en un foro de Chula Vista, el guitarrista Carlos Santana dedicó emotivas palabras a Javier Bátiz, quien ya se encontraba delicado de salud.

En aquel foro de California, Santana compartió con sus seguidores cómo Bátiz fue una influencia crucial en su vida y carrera. Recordó que lo conoció cuando era un joven lleno de sueños y aspiraciones; que fue quien le abrió las puertas al mundo de la guitarra eléctrica y le enseñó sobre los grandes del blues y el rock; que el legado de Bátiz vive en cada nota que toca y en cada escenario que pisa y, por ello, le envió toda su fuerza y cariño, afirmando que siempre será una leyenda.

En la presentación pidió a todos: “Quiero que toda su energía y la de nosotros en el escenario se la enviemos a Javier Bátiz, un hombre que conocí en Tijuana en 1957.

“Cuando escuché el sonido de su guitarra, dije: ‘oh mierda… así quiero tocar el resto de mi vida’.

“Así que quiero dedicar esta energía, esta música, para él…”

Es “el personaje del rock mexicano per se”, describiría Javier Hernández Chelico, autor de la columna En el Chopo, al tijuanense, quien desde los años 50 recogió influencias de música negra que se recibían en las ciudades fronterizas mexicanas de artistas como T-Bone Walker, Muddy Waters, BB King, Chuck Berry y James Brown, entre otros.

“Para nosotros, adolescentes de finales de los años 60, el entonces veinteañero Javier Bátiz era la imagen de la disidencia social: su pelo con look africano –como muchos cantantes de blues, soul y rocanrol gabachos–, su amistad con el cineasta y escritor (Alejandro) Jodorowsky y José Agustín, por los integrantes de sus grupos, primero Famous Finks y después Soul Force, verdaderos personajes, no sólo como músicos, sino por su facha y personalidad: bien jipiosos, quienes en ocasiones llegaban a las tocadas en motocicletas chopper estilo película Nacidos para perder”, comparte.

Y en el escenario, cuenta el columnista, “nos enseñó canciones que no conocíamos como Charleena, Mustang Sally y una versión muy Bátiz de Lucille. Fue –y es– el rocanrol blueseado en México”.

Luis Álvarez El Haragán expresó en sus redes: Deseamos que tu legado y tu música permanezcan en la eternidad, es la última. Siempre serás uno de los más grandes pioneros del rock mexicano.

El inolvidable Bátiz, una de la grandes leyendas ha trascendido. Su música deja estela para distintas generaciones, posteó la Sociedad de Autores y Compositores de México. En el mismo tono, el Tri, de Álex Lora, puso: Lamentamos la partida del maestro, lo recordaremos en cada nota de su legado musical.

Rafael Acosta, fundador de Los Locos del Ritmo, extrañará a su amigo y compañero de mil batallas. Compartió en X fotos y videosde algunos momentos que compartió con la estrella de rock. “Descanse mi amigo, compañero de milbatallas, el gran guitarrista Javier Bátiz. Toqué la batería con él varias temporadas. Asistió a mi boda. Piropeó mi rola Tus Ojos. Mis condolencias a Claudia y toda su familia”.

La cuenta oficial de los Latin Grammy en redes sociales publicó: Lamentamos el fallecimiento del precursor del rock mexicano y gran inspiración para generaciones de músicos. Su legado perdurará en la historia de nuestra música. Descanse en paz.

Incluso el presidente municipal Ismael Burgueño Ruiz lamentó la partida del rockero. El chinos locos había recibo las llaves de la ciudad a las afueras de su casa: Javier es un orgullo tijuanense”, expresó el funcionario.

Charleena Bátiz, hija del músico, agradeció las muestras de cariño y por medio de historias compartidas en su cuenta de Instagram, señaló que estaba tranquila de que él ya estuviera descansando. Llamó a no estar tristes, ya que había logrado lo que deseó: Vivió su vida como él quiso, logró lo que siempre quiso; entonces, no hay por qué estar tristes.