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El homenaje a Gritón se extendió con una velada de jazz en la Portales

La contrabajista Adriana Camacho, pareja del pintor, recordó el importante papel que jugó la música en su obra

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Gritón y Adriana Camacho formaron el dueto Cataratas del Niágara en 2016.Foto Doris Steinbichler y Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de diciembre de 2024, p. 3

La vida y obra de Antonio Ortiz Gritón (1953-2024) fue celebrada con un concierto la noche del sábado en el café Jazzorca, que, junto con la pinta de un mural en la colonia Roma a cargo de una treintena de artistas unas horas antes, se convirtió en una extensión del emotivo homenaje que un colectivo de más de 100 creadores de varias disciplinas le rindió el viernes en el Museo de la Ciudad de México, tras su fallecimiento el 5 de diciembre.

La velada en el foro de la colonia Portales fue un punto de convergencia, sincronicidades y unión en el que la memoria y las amistades se imbricaron aún más bajo el influjo del free jazz, la improvisación musical y el performance, para concluir entre ovaciones y gritos de ¡viva! dedicados al pintor y activista.

El cartel incluyó a la compositora, guitarrista y actriz Gaby Tomé, con un set de cinco temas de improvisación, voz y performance; la contrabajista Adriana Camacho, quien presentó su proyecto Loope; y el free jazz del trío conformado por David Contreras en el saxofón, Rodo Ocampo en la batería y la mencionada contrabajista, al que se sumaron Gaby Tomé y Germán Bringas, fundador del Jazzorca.

Antes de comenzar su actuación, Adriana Camacho, pareja sentimental de Gritón hasta su deceso, evocó su relación con él, así como la que éste estableció con ese espacio musical-cultural, esta casa que nos ha dado cabida a muchos músicos que estamos en otra sintonía, en otras frecuencias; nos eleva el espíritu, nos cura, nos remueve la cabeza.

Refirió cómo fue que aquel artista llegó por vez primera a ese sitio, hace unos ocho años, y la amistad que entabló con su propietario, el compositor y jazzista Germán Bringas, quien después de la pandemia le solicitó que pintara el mural que hasta la fecha se observa en la fachada.

Según la también documentalista, la música era fundamental para Gritón: Significaba todo para él. Era un melómano. Amaba a Cream, los Rolling Stones, Neil Young, Bob Dylan, Alexis Korner. Pintó muchos cuadros escuchando a La Monte Young, John Adams, Terry Riley, además hizo un cuadro basado en la música de Morton Feldman.

Su gusto era tal, afirmó a La Jornada, que a ella debe en gran medida su decisión de dedicarse al arte: “Contaba que un día (a finales de los años 70) fue a un concierto de Iannis Xenakis en la Torre de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México; había poca gente, se fue la luz porque había una tormenta; prendieron velas y Xenakis habló de que quería trasladar la tormenta a la música, quería hacer llover dentro de la sala. Así, Gritón se inspiró y se fue por la pintura, al pensar que podía reproducir cualquier fenómeno natural en su obra”.

La contrabajista recordó que ella era una invitada frecuente a tocar al taller de dibujo al desnudo que el artista hacía en la calle Río Niágara, donde tenía su estudio, y cuyo nombre denominó a varios de sus proyectos musicales conjuntos.

“Se ganó a todos los músicos que transitaban por la casa; cuando venían a ensayar conmigo, siempre platicaba con todos y superbién. Además, hacíamos los Radio Niágara, transmisiones en vivo por Facebook de locuras musicales, poéticas y performance”, asentó, y mencionó que existen alrededor de 30 de esas emisiones disponibles.

La Zurda, Radio Niágara...

El vínculo de Gritón con el arte sonoro no se limitó al consumo como oyente, sino también de forma activa, al generar propuestas desde y para esa disciplina artística, como los tianguis La Zurda de música independiente, donde se impulsaba la producción discográfica y difusión de grupos independientes, en el Complejo Cultural Los Pinos.

Asimismo, él mismo se convirtió en intérprete al conformar con Adriana Camacho, en 2016, el dueto las Cataratas del Niágara, el cual nació a raíz de que un grupo canceló una tocada en la Casa de Cultura San Rafael y Gritón resolvió el inconveniente sacando un teclado y su pecé, se puso una máscara de papel y comenzamos a tocar, recuerda Adriana Camacho.

“Cataratas del Niágara nace de la fuente de donde salía todo con Gritón. La fuente del color, la imaginación, todo lo que brotaba de ahí resonaba con ondas de superbuenas vibras; nos lo hacía visible con sus Antenas para cambiar al mundo (…) Fue un power dúo con marcadas raíces en la música avant garde explorada por Lamonte Young, SunRa y Terry Riley, entre otros compositores. Generaba atmósferas y paisajes sonoros que remiten a estados mentales no convencionales y de otros tiempos por su uso de instrumentos de origen prehispánico”.

Sus presentaciones, dijo, se concentraban en actos y marchas políticas reivindicativos de los derechos de aquellos que están en resistencia, como el festival Comparte, organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; una huelga de trabajadores universitarios; por Ayotzinapa y Palestina; por los desaparecidos, contra las mineras por la digna rebeldía.

También actuó en foros como la Terraza Monstruo, la Chalton Gallery en Londres (Inglaterra), el Museo Hugo Cara en Trieste (Italia) y la 58 Bienal de Venecia en 2019. Cuenta con un disco, grabado en vivo de un concierto en café Jazzorca, disponible en el sitio: https://adrianacamacho.bandcamp.com/album/cataratas-del-ni-gara.