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Desde otras ciudades

Salzburgo, la ciudad de Mozart y los finos chocolates austriacos

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▲ Monumento erigido en honor a Wolfgang Amadeus Mozart en la plaza que también lleva su nombre.Foto Alia Lira Hartmann
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l centro histórico de Salzburgo, una pequeña ciudad al norte de Austria, frontera con Alemania, es desde 1997 considerada por la Unesco patrimonio de la humanidad por su belleza. Recorrer sus angostas callejuelas empedradas, admirar la arquitectura barroca, visitar la imponente catedral, tomarse un café con alguna delicia de la confitería austriaca es un enorme placer para los sentidos.

Es la cuarta más poblada de Austria, que apenas llega a 160 mil habitantes, donde se respira un acogedor ambiente. A sólo 150 kilómetros de Munich y 300 kilómetros de Viena, Salzburgo es capital y estado de una de las nueve regiones de Austria. El nombre proviene del alemán Salz, que significa sal. La región cuenta con minas del producto que antiguamente sirvió para un intenso comercio que permitió a la ciudad un próspero desarrollo. Por otro lado, el río Salzbach la atraviesa.

Las cimas de algunas montañas, en especial durante el invierno, crean un bello paisaje nevado que le imprimen un carácter incomparable en la que la elegancia de su arquitectura barroca le da un toque de elegancia. Si algo ha hecho famosa a Salzburgo es ser la cuna de uno de los más notables músicos de todos los tiempos y cuyas obras se interpretan en todo el mundo: Wolfgang Amadeus Mozart, quien nació el 27 de enero de 1756.

Su padre Leopoldo se percato de su inigualable talento y fue responsable de su formación; su precoz intelecto lo llevaría a realizar sus primeras composiciones con tan sólo 5 años. El papá tenía la habilidad de conectarse con las altas esferas de la aristocracia y las casas reales europeas y de esta manera impulsó su carrera; Wolfgang tenía una hermana mayor nacida en 1751, Maria Anna, conocida como Nannerl, quien también era un prodigo musical.

Promoviendo a sus talentosos hijos, fue el varón quien como adolescente ya tenía un puesto oficial en la corte de Salzburgo y su más que prolífica producción lo llevaría a pasar largos periodos en Viena, donde contrajo matrimonio en 1782 con Constanze Weber. Procrearon seis hijos, de los cuales sólo dos llegaron a la edad adulta: Karl Thomas y Franz Xaver Wolfgang. Mozart falleció en 1791, poco antes de cumplir 36 años. Ninguno de sus hijos tuvo descendientes, de ahí que el apellido Mozart murió con ellos.

Al recorrer Salzburgo casi todo parece girar alrededor de esta importante figura. La plaza principal lleva su nombre, ahí se erigió una estatua en 1851 para conmemorar los 60 años de su fallecimiento. La casa donde nació es un importante museo. A pocos metros está el lugar al que se mudó la familia: Leopoldo, el padre; la madre, Anna Maria; la hermana Maria y Wolfgang, cuando la primera vivienda resultó pequeña.

Salzburgo también es famosa por los chocolates redondos Mozartkugeln. En cada esquina se venden estas esferas con pasta de almendras, pistache, el nombre y la figura de Mozart en la envoltura, conocidas en todo el mundo. Las creó el repostero local Paul Fürst en 1890 para honrar al incomparable músico. Se hizo famoso en 1910 tras llevar su creación a la Exposición Universal de París, donde obtuvo una medalla de oro. Actualmente se producen al año más de tres y medio millones de Mozartkugeln; la familia Fürst, ya en quinta generación, todavía las fabrica. La confitería original aún existe en Salzburgo.

Alia Lira Hartmann