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Murió el músico Javier Bátiz, precursor del rock mexicano

En 1957 fundó T’JS y con él gestó el primer movimiento de rock hecho en el país // Lo que canto es lo que soy, quien hace brincar y cantar a tanta gente, confesó

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▲ Javier Bátiz durante un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, en 2017.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de diciembre de 2024, p. 6

Luego de dar batalla al cáncer de próstata, el guitarrista Javier Bátiz, el mítico Brujo, falleció este sábado a los 80 años, reconocido como una leyenda, un rey, el padre del rock mexicano que cumplió sus sueños dorados al tocar, a tú por tú, con Ray Charles, Little Richard y BB King. Además, el hombre de la alborotada melena fue mentor de Carlos Santana y solía decir que Jim Morrison iba a verlo tocar, porque fueron amigos.

La noticia de su muerte fue difundida en redes sociales por su esposa Claudia Madrid, quien subrayó que su legado y música quedan para la eternidad. Agregó: Queridos amigos y familia, para informarles que nuestro adorado y querido, mi esposo Javier Bátiz trascendió el día de hoy. Te amo amor mío. Vuela alto mi ángel, se lee en un mensaje donde aparece una foto de la pareja.

Bátiz, quien sabía que todo lo que había hecho estaba chingón, dijo en entrevista en mayo pasado a La Jornada: Soy el rey, el que inventó todo en este país, es la verdad. Soy el que llevó la música a la Ciudad de México, fui el que la cambió en 1963, cuando me llamaron Los Locos del Ritmo. Soy el que modificó la moda, el papá de todos esos cabrones y por eso ahora estoy descansando en mi cama de muerte. Estoy listo para el día en que Diosito quiera llamarme.

Javier Isaac Medina Núñez, nombre real del músico nacido el 3 de junio de 1944, en Tijuana, Baja California y maestro de Carlos Santana, es uno de los precursores del rock en México, en 1963, se integró al popular grupo Los Rebeldes del Rock, para sustituir al emblemático Johnny Laboriel por un breve periodo.

Sobre ese momento, en la columna En el Chopo, describió que cuando “el tijuanense llegó a la capital con el ánimo en alto, pero no se acopló al estilo del conjunto y emprendió su propio camino bajo el nombre de Javier Bátiz y tocando blues; así empezó a crear fama: nadie, en el entonces DF, bluseaba como lo hacía él. Con el tiempo Javier Bátiz creó un personaje infaltable en los cafés cantantes, en las pistas de hielo donde se hacían tardeadas de rocanrol; poco después la presencia del también llamado Brujo se hizo cotidiana en centros nocturnos, festivales y en algunos hoyos fonqui. Así transcurrieron las pasadas tres décadas del siglo XX, hasta que decidió retornar a su terruño: Tijuana. Aquí o allá, es innegable su permanencia durante 60 años en el historial rocanrolero mexicano”.

El Brujo fue una leyenda de la música en México: en 1957 fundó en Tijuana el grupo Los T’JS, marcado por los sonidos del blues. Con él se gestó el primer movimiento de rock hecho en México.

Celebración a su vida

Asimismo, el pasado 24 de noviembre le fueron entregadas las llaves de la ciudad de Tijuana en la puerta de su casa, decorada con un mural en su honor, además de que a la calle donde vive se le cambió el nombre desde hace años a Rampa Javier Bátiz.

Durante este acto se le vio en una silla de ruedas, mermado por los problemas de salud. Se espera que el concierto de Navidad que se tenía planeado para mañana, con el propósito de conseguir fondos para sus tratamientos médicos, se realice en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), ahora como un concierto en su memoria y una celebración a su vida.

Su figura inspiró el nacimiento de bandas contestatarias, como Three Souls in my Mind, de Álex Lora. Desarrolló su carrera en la Ciudad de México en los años sesenta: estuvo en Los Rebeldes del Rock, tocó en los primeros cafés cantantes surgidos en esa década; se presentó en el legendario Harlem, y fue el representante de aquella generación existencialista.

Bátiz se presentó en el primer concierto masivo al aire libre en México, efectuado en la Alameda Central, en 1969. Desde entonces se le reconoce como el gran ícono del rock mexicano que cuenta con más de una treintena de álbumes, entre los que se pueden mencionar Javier Bátiz and the Famous Finks (1963), Radio complacencias (1985), El rock de los años 60’s (2001) y El Brujo en USA (2008).

También es sabido que el célebre guitarrista mexicano Carlos Santana, el fundador de El Tri, Álex Lora y el músico Guillermo Briseño, han reconocido la aportación de Bátiz a este género musical.

Su hermana Baby Bátiz es una cantante internacional que inició su carrera al lado de Javier, en 1961. Su debut discográfico fue en 1964 con su elepé Aconséjame, mamá, para la marca Peerless. Participó en casi todos los discos de Javier cantando y haciendo coros.

Punta de flecha en el blues

El autodefinido como el padre del rock y el blues mexicanos, dio las primeras alarmas de su padecimiento en marzo pasado cuando fue hospitalizado y su esposa informó que estaba delicado salud, aunque no de gravedad; fue internado por un cuadro de neumonía, glucosa alta, entre otros problemas de salud.

En la citada entrevista vía telefónica con este diario contó: Estoy muy bien. De mi mente estoy muy bien. Pero todo lo que es el cuerpo no me funciona ni un gramo. Primero no pude mover un brazo, luego no tuve dominio de una pierna y después tampoco de la otra. No me puedo parar ni tocar, a pesar de que me es posible mover un poquito uno de mis brazos.

Admitió: “Me asusta, porque ya son 33 días desde que me dieron de alta del hospital. Me mandaron a mi casa a descansar, eso lo traduje como ‘vete a tu casa hasta que te mueras’. Siempre es difícil enfrentarnos a la flaca, voy a cumplir 80 años el 3 de junio y nunca había estado en un hospital, así que aparte de Dios, sólo una persona me está salvando, mi esposa, Claudia, quien me tiene aferrado a no irme”.

Además “fui la punta de flecha en el blues mexicano. Nunca fui bien aceptado por los músicos de mi generación, siempre trataron de desbaratarme porque fui el líder de todo ese grupo, me tenían unos celos irreparables. Pero ahora andan en su lucha, pues igual que a mí, el cochinero que existe los desplazó. Ahí andan apenas haciéndola. Me gusta dar entrevistas para dar el mensaje y gritar: ‘¡pongan blues, mensos!’”.

Otro aspecto que desmitificó fue que en estos 80 años nunca he estado mariguano o cocaíno, nunca me inyecté heroína ni consumí ácidos. Una vez alguien, que hablaba como menso, me ofreció ácido. Le pregunté si me lo daba para estar como él. Respondió que sí. Si es para estar tan menso como tú, entonces no.

También se recuerda que en 2014, el sensei de la guitarra y maestro de Santana, aseguró que sólo era un músico neto, normal, agradecido... y con talento. Subrayó: Si lo único que tienes en la vida es tu palabra y no la cumples, no tienes nada. Lo que canto es lo que soy. Tengo la bendición de Dios para tocar, ser el personaje que hace brincar y cantar a tanta gente.

Tras el anuncio del deceso, el pésame se hizo presente entre los internautas, instituciones, artistas y colegas del músico. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México lamentó “el sensible fallecimiento del guitarrista y compositor Javier Bátiz. Fundador de los TJ’s renovó la escena musical fronteriza y mexicana en la década de 1960 con un estilo influenciado por el blues y el rock estadunidense. Mezcló raíces afroamericanas con sonidos mexicanos, asentando las bases para el rock con ritmos latinos, con músicos y bandas como Santana (de quien fue maestro), Ritmo Peligroso y Ozomatli. Descanse en paz”.

Por su parte, el Multiforo Alicia escribió en la misma red social: “Buen viaje y buen regreso. Que el Bluessss te acompañe. Abrazos”, además informó que el concierto que se realizó ayer lo dedicaron al roquero mexicano, donde participaron Nina Galindo, Jorge García Montemayor, Rafael Katana y Los Perikles, entre otros.

En la cuenta de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México se pudo leer: Ha callado la guitarra del gran Brujo Javier Bátiz, piedra angular del blues y el rock nacionales. ¡Que su música y su legado perduren!

(Con información de Juan Pablo Guerra / La Jornada Baja California)