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Los galardonados allanaron las vías para cambiar el mundo: Fundación Nobel

La ciencia y la literatura ofrecen caminos diferentes para abordar los problemas perversos de hoy, señaló la presidenta del consejo del órgano

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▲ La ganadora del Premio Nobel de Literatura 2024, la escritora sudcoreana Han Kang, ayer durante la entrega del galardón en ceremonia realizada en el Concert Hall de Estocolmo, Suecia.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de diciembre de 2024, p. 3

Los premios Nobel 2024 de Literatura y Ciencia fueron entregados este martes en una ceremonia en Estocolmo. Los galardonados han allanado el camino. La ciencia y la literatura ofrecen vías diferentes para abordar los problemas perversos de hoy, sostuvo Astrid Söderbergh Widding, presidenta del consejo de la Fundación Nobel, en el discurso de apertura.

La académica mencionó que en el rubro de Literatura fue concedido a la sudcoreana Han Kang porque en su obra el abismo está siempre tan cerca como el anhelo de transformación; arroja luz sobre la condición fatal de la humanidad.

En el acto oficial, encabezado por el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, Söderbergh Widding agregó que “todos los galardonados, en su diversidad, abordan los retos globales de hoy día. Los premiados han allanado el camino (…) Nos recuerdan que no es el destino ciego el que decide sobre nuestro futuro como humanidad. Esto también ofrece esperanza. Está en nuestras manos cambiar el mundo”.

Anunciados en estas páginas en su oportunidad, los ganadores de los premios Nobel 2024, además de Han Kang, fueron John J. Hopfield y Geoffrey Hinton en Física; David Baker, Demis Hassabis y John Jumper en Química; Victor Ambros y Gary Ruvkun en Fisiología o Medicina, y Daron Acemoglu, Simon Henry Roberts Johnson y James A. Robinson en Economía.

Han Kang recibió el galardón de manos del monarca sueco, después de que Ellen Mattson, integrante del Comité Nobel de Literatura, reseñó que en su escritura se mezclan el blanco y el rojo: el primero por la nieve que cae en muchos de sus libros, que es una cortina protectora entre el narrador y el mundo, pero el blanco es también el color del dolor y de la muerte. El rojo representa la vida, pero también el sufrimiento, la sangre, los cortes profundos de un cuchillo.

En la obra de la primera mujer asiática en recibir el reconocimiento, continuó la novelista sueca, la sangre es también un llamamiento inexcusable a responder las preguntas: ¿Cómo debemos relacionarnos con los muertos, los secuestrados, los desaparecidos? ¿Qué podemos hacer por ellos? ¿Qué les debemos? El blanco y el rojo simbolizan una experiencia histórica a la que Han vuelve en sus novelas.

Mattson agregó que en la obra de Han Kang las personas, aunque heridas y frágiles, poseen la energía suficiente y el tipo justo de fuerza para dar otro paso o hacer otra pregunta, solicitar otro documento o entrevistar a otro testigo superviviente. A medida que la luz se desvanece, las sombras de los muertos siguen moviéndose por la pared. Nada pasa, nada termina.

Por su parte, Ellen Moons, secretario del Comité Nobel para Física, destacó que John Hopfield y Geoffrey Hinton, inspirados en el entretejido de neuronas en el cerebro humano, desarrollaron redes neuronales artificiales, fundamentales para el aprendizaje automático, que permiten a los ordenadores aprender sin programación explícita.

En torno a los ganadores del Nobel de Fisiología y Medicina, Rickard Sandberg, integrante del comité que los seleccionó, hizo énfasis en que gracias a Victor Ambros y Gary Ruvkun se descubrió una capa de regulación génica inesperada pero crucial, esencial para la compleja vida multicelular. Los microARN regulan la actividad de otros genes para mantenernos vivos y prósperos. Los galardonados han revelado que a veces la música celular más bella no sólo proviene de saber cuándo tocar, sino de saber cuándo callar.

En la ceremonia se entregó un diploma y una medalla a cada ganador. El monto de 11 millones de coronas suecas (alrededor de 20 millones de pesos) se divide entre los galardonados.