Martes 10 de diciembre de 2024, p. 12
En México la pérdida de fertilidad de los suelos es alarmante al ser biológicamente improductivo, contaminado, agotado e incapaz de mantener altos rendimientos en los cultivos, ya que existen 139.9 millones de hectáreas, equivalentes a 70 por ciento de los suelos nacionales, con niveles de materia orgánica muy bajos, alertó una investigación de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh).
La investigación también reportó que 62.15 millones de hectáreas, correspondiente a 31 por ciento de los suelos, se asocian a problemas de acidez, mientras 146.8 millones de héctareas, 73 por ciento, tienen poca capacidad de intercambio catiónico.
Dichos factores en la producción son una amenaza para la seguridad alimentaria y con ello el país enfrenta a un futuro catastrófico
, advirtió Gerardo Noriega Altamirano, profesor de la UACh, al conmemorar el Día Mundial del Suelo.
Para atender estas problemáticas, el investigador recomendó adoptar medidas y prácticas para revertir la degradación de los suelos, promover la restauración de la fertilidad, incrementar la producción de alimentos para reducir la inseguridad alimentaria, promover el desarrollo rural y frenar la pobreza, entre otros aspectos.
Esto se logrará, aseguró, con una política pública de Estado dirigida al manejo sustentable de los suelos de México
basada en una estrategia nacional. Por ello, propuso crear el Programa Mexicano de Restauración de Suelos Agrícolas y el Programa de Asistencia Técnica del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria.
Noriega explicó que el suelo es un recurso natural estratégico para la producción de alimentos, la conservación de la biología del suelo y la captura de carbono, por ello es necesaria una política pública para restaurar y conservar su productividad, garantizar alimentos sanos y de alta calidad.
Indicó que una acción de este tipo dirigida permitirá restaurar su fertilidad, incrementar la productividad de los cultivos; desarrollar suelos supresivos a plagas y enfermedades, reducir costos de producción y suprimir el uso irracional de plaguicidas.
Necesitamos, detalló, transitar a la restauración de la fertilidad física, química y biológica, atendiendo a los factores formadores del suelo para la restauración de los ciclos biogeoquímicos, haciendo uso de tres grandes líneas de acción.