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Tu colonia

Allí viven entre 100 y 150 familias originarias

Tlacopac, un pueblo en la ciudad que lucha por no ser devorado

Cercado por el Periférico, la avenida Revolución y el Eje 10 Sur, busca mantener sus tradiciones, los negocios locales y rescatar su historia entre nuevas edificaciones

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▲ La modernidad engulló San Ángel y Tlacopac; la zona de La Bombilla, hacia 1960 y el transporte en 1935.Foto tomadas de redes de la Ciudad de México en el Tiempo y Germán Canseco
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de diciembre de 2024, p. 25

El pueblo originario de Tlacopac –lugar de jarillas– fue fundado mucho años antes de la llegada de los españoles, relata Gil Reyes Fernández, habitante del lugar, al mostrar que en el costado norte de la parroquia de la Purísima Concepción se encuentra incrustada una pieza prehispánica que pudo formar parte de una pirámide.

El pueblo, que colinda al norte con la calle Las Flores, al poniente con el bulevar Adolfo López Mateos y hasta la avenida Revolución, sufre el embate de depredadores inmobiliarios que han construido edificios, muchos fuera de la norma.

Aunque no hay fechas aproximadas, Reyes Fernández comenta que es conocido que los primeros habitantes eran hablantes del náhuatl, posiblemente se asentaron en el lugar tras la erupción del volcán Xitle.

El río San Ángel, cuando se encontraba a cielo abierto y que nace del de San Bartolo Ameyalco, mantenía la humedad de la tierra, lo que permitió que esos habitantes se dedicaran al cultivo de hortalizas, árboles frutales y flores, con lo que también nacieron las jarillas.

Sus calles angostas son características, porque en su origen fueron sólo veredas para conectar los sembradíos y las casas, que aún mantienen la planta baja y máximo tres niveles, que no rebasan los 9 metros de altura.

El poblado todavía conserva en 19 de las 21 calles el empedrado; además, prevalece el corredor comercial ubicado en Francisco I. Madero y hasta la Cerrada de Cortés, donde los habitantes acuden a la recaudería, pollería, tlapalería, paletería y la tortillería Santo Niño de Praga, al igual que la tienda de abarrotes La Nacional.

Durante una caminata por el pueblo, en el que viven entre 100 y 150 familias originarias, Reyes Fernández muestra la pared de un viejo edificio –que ahora ocupa una agencia de noticias china–, en la esquina de Madero y Juárez, en el que hasta inicios de la década de los 70 del siglo pasado estaba un busto de bronce de Benito Juárez, que fue robado.

Allí se juntaban los pobladores cuando fallecía un vecino. La multitud esperaba la llegada del féretro para partir en caravana hacia el panteón San Rafael, ubicado en las inmediaciones del actual Eje 10 Sur y avenida Revolución.

Tlacopac no tiene cementerio, el único estuvo por muchos años en el atrio de la parroquia de La Purísima Concepción, lugar que ahora ocupan algunos vehículos estacionados.

Reyes Fernández, quien también es uno de los ocho representantes del concejo de gobierno de Tlacopac, enseña el monumento en honor a los soldados irlandeses del Batallón de San Patricio enterrados frente a la parroquia en 1847 tras luchar contra los invasores estadunidenses; sin embargo, comenta que no hay certeza de que sus restos permanezcan allí.

En el pequeño pueblo no hay tiendas de conveniencia, centros comerciales ni deportivos; el predio de las canchas de futbol fue ocupado por la secundaria diurna 68 maestro Gabino A. Palma, luego de que los dueños originarios lo donaron para construir esa institución pública.

Asimismo, el terreno que ocupó la refresquera Mundet fue donado por Arturo Mundet, donde se construyó la casa de retiro que lleva su nombre, cuya primera piedra se colocó el 27 de mayo de 1937 y que actualmente sigue abierta.

Frente a la parroquia se mantiene una construcción que abarca casi una manzana, conocida como la casa de Colosio, vendida después del asesinato del entonces candidato a la Presidencia del PRI en 1994, Luis Donaldo Colosio, y de la que se desconoce quiénes son los nuevos dueños. También se ubica el inmueble que habitó hace varias décadas la familia Boker, que entre los pobladores se conocía como la casa de las herramientas del arbolito.

Para Reyes, el pueblo ha ido resistiendo el embate, el crecimiento de la ciudad, como casi todos los de la Ciudad de México. La resistencia de los mismos originarios, que se han organizado, ha hecho que cada día estemos aquí, y agrega que defenderá el programa parcial que incluye a San Ángel y San Ángel Inn para evitar que exista una gentrificación mayor a la que tenemos a los lados, con la construcción de torres de edificios de al menos 30 pisos.

En el poblado habitan 3 mil 600 personas que son los nuevos avecindados, quienes prefieren asegurar que Tlacopac es una colonia y no un pueblo.

Por lo pronto, este domingo el poblado originario de Tlacopac –uno de los 10 de la alcaldía Álvaro Obregón– está listo para los festejos de la parroquia de la Purísima Concepción.