A casi tres años de que comenzó una disputa legal entre los empresarios Fernando Barbachano Herrero y Rodolfo Rosas Moya por la posesión de los hoteles Mayaland y The Lodge At Chichen Itzá, en Yucatán, el conflicto continúa en tribunales.

El problema comenzó en 2020, cuando Barbachano Herrero firmó una promesa de venta de los hoteles a Rosas Moya, la cual incluía anticipo, pagos y penalización, en caso de que cualquiera de las partes incumpliera.

El adelanto se dio al signar el contrato, y como estaba estipulado, en abril del 2021 Rosas Moya dio el primer monto pactado a Barbachano. Cuando tocó entregar el segundo, éste último cortó la comunicación.

Fernando Barbachano convocó a una conferencia a mediados de esta semana en un hotel en la localidad de Pisté, municipio de Tinum, cerca de la zona arqueológica de Chichén Itzá. Ahí, flanqueado por sus abogados actualizó su versión.

En la rueda de prensa recordó que decidió vender esas propiedades, a las que califica como la joya de la corona de la familia al inicio de la pandemia de coronavirus. Pensé que la contingencia iba a durar siete años, confesó.

Sin embargo, el confinamiento duró menos y entonces se arrepintió y Rodolfo Rosas lo acusó de no respetar el acuerdo, por lo que el asunto se dirime ahora en juzgados tanto mercantiles como penales.

Los abogados de Barbachano, Gerardo Ostos Rincón y Manuel Rodríguez Villamil, plantearon un plebiscito para resolver este asunto y al concluir la reunión con los reporteros; los invitaron a ingresar a las instalaciones en disputa, ahora operadas por un tercero, designado por orden judicial, pero el personal de seguridad no los dejó entrar.

El asunto está en juzgados

Horas después, el abogado Mario Antonio Matos López envió la postura de su cliente, Rosas Moya, en la que sostuvo que este es un asunto entre particulares que se está resolviendo en los juzgados, el cual se está intentando convertir en un tema mediático a partir de especulaciones y falsedades que involucran a personas ajenas al mismo.

Matos recordó que el origen del litigio es la compraventa del Mayaland, por la que el vendedor recibió un pago, pero intentó deshacer la operación que ya estaba consumada conforme a derecho, como quedará demostrado en el juicio mercantil que se sigue para tal efecto.

Añadió que los argumentos de la contraparte son parte de una estrategia para manchar el proceso judicial que le es adverso.