Sábado 7 de diciembre de 2024, p. 23
Chilpancingo, Gro., Los segmentos óseos de cinco campesinos asesinados hace 50 años por elementos del Ejército Mexicano en la sierra de Ajuchitlán del Progreso, en la Tierra Caliente de Guerrero, durante la guerra sucia, fueron entregados ayer a sus familias por personal de la Fiscalía General del estado (FGE).
De los cinco, tres murieron en el poblado de Los Espadines, y dos en la comunidad Las Desdichas, pertenecientes al municipio de Ajuchi-tlán del Progreso.
Desde las 10 de la mañana del viernes, los familiares se presentaron en las oficinas de la FGE para realizar los trámites correspondientes con el fin de que les entregaran los restos de las cinco personas, víctimas de la suerra sucia entre 1969 y 1979 en la entidad.
Tras recibir los ataúdes, las familias se trasladaron en caravana a las instalaciones de la 35 Zona Militar en Chilpancingo, donde les realizaron un homenaje.
Estela Arroyo Castro, dirigente de la Asociación Representativa de Ejidos y Comunidades, Grupos Vulnerables Víctimas de Violaciones a los derechos humanos, manifestó que “sólo nos entregaron los restos de cinco campesinos, nos faltan dos, y otro que sigue desaparecido".
Señaló: no descansaremos hasta que haya justicia, porque fueron masacrados injustamente; eran hombres del campo, de cría de cabras en esa comunidad
.
A 50 años del crimen, afirmó que a través de sus parientes y los colectivos de desaparecidos en la guerra sucia se logró su localización en fosas clandestinas, donde el mismo Ejército obligó a las familias a cavarlas, por eso pedimos justicia y castigo para los culpables
.
Octaviano Gervasio Serrano, integrante del colectivo Esposas e Hijos de Desaparecidos y Desplazados durante la guerra sucia en el municipio Atoyac de Álvarez, aseveró que el Ejército tiene toda la verdad de lo acontecido en esa década. Sin embargo, la Secretaría de la Densa Nacional continúa callada
, acusó.
Pedimos a la comandanta de las fuerzas armadas, Claudia Sheinbaum, ordenar la apertura de archivos de la represión de la década de los 70, porque ya no se puede seguir ocultando lo que sucedió.
Puntualizó que los cinco campesinos son prueba de que elementos del Ejército las ejecutaron. Además “no hay forma de seguir escondiendo los vuelos de la muerte
.
Exigió respuestas de las fuerzas armadas:¿dónde están nuestros padres desaparecidos forzadamente? Lo que pasó en esa época fue terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad”, sostuvo.
Finalmente, los féretros fueron trasladados a la Alameda Granados Maldonado, en esta ciudad, donde les rindieron honores.