Seúl. Legisladores de Corea del Sur presentaron ayer formalmente una moción para destituir al presidente Yoon Suk-yeol y lo acusaron de tratar de evadir investigaciones penales sobre él y su familia al imponer el martes una ley marcial que tuvo que retirar horas después ante la presión popular.

El Partido Democrático, principal opositor, y otros cinco grupos políticos menores presentaron la iniciativa bajo la acusación de violar de manera amplia y grave la Constitución.

El proyecto de ley, que se votará el sábado, debe contar con mayoría de dos tercios en el Parlamento y el apoyo de ocho diputados del Partido del Poder Popular (PPP), al cual pertenece el presidente Yoon.

En caso de ser aprobado, el Tribunal Constitucional sudcoreano decidirá si confirma el requerimiento en un proceso que podría durar hasta 180 días.

El Partido Demócrata también presentó una denuncia judicial por insurrección contra el mandatario y algunos de sus ministros y altos mandos militares y policiales, que podrían enfrentar cadena perpetua o incluso la pena de muerte.

El líder del PPP explicó que pidió a Yoon abandonar el partido, pero informó que la formación se opone al proceso de destitución iniciado por los opositores.

Marchan miles en Seúl

Miles de sudcoreanos marcharon en la capital con pancartas y velas para exigir la destitución del jefe de Estado por haber sumido al país en una situación que amenazó sus casi 40 años de democracia.

Yoon se convertiría en el segundo presidente sudcoreano en ser destituido desde las protestas masivas contra un escándalo de tráfico de influencias que llevaron a la remoción de la ex presidenta Park Geun-hye en 2017.

En tanto, Yoon aceptó la dimisión del ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, y nombró en su lugar al embajador en Arabia Saudíta, Choi Byung-hyuk, informó la agencia Yonhap.

Kim se disculpó con la población del país por las turbulencias a causa de la imposición de la ley marcial y presentó su renuncia.