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La toma de la base de Icacos, uno de los hechos de la guerrilla poco investigados
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 2 de diciembre de 2024, p. 29

Atoyac de Álvarez, Gro., Tras la muerte de Lucio Cabañas, hace 50 años, hay hechos que no se han dado a conocer o se han difundido poco, como la toma de la base naval de Icacos, en el puerto de Acapulco, llevada a cabo el 1º de septiembre de 1974 por unos 40 integrantes de las células urbanas del Movimiento Armado de Liberación 8 de Octubre, cercano al Partido de Los Pobres (PDLP) y de las nacientes Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), señaló el hermano de un guerrillero que participó en esa acción.

Indicó que, inspirados en la guerrilla uruguaya de Los Tupamaros y encabezados por Juan García Costilla, como distracción para los efectivos federales que asediaban a Lucio Cabañas, “los compañeros entraron a la base naval por el drenaje y en la armería, sin realizar un solo disparo, se apoderaron de varias armas, muchas de las cuales llegaron a la sierra.

Había FAL (fusil automático ligero), M2, R15 y rifles calibre .22, también pistolas de 9 milímetros, con las que se hicieron operaciones espectaculares en la Ciudad de México. Fue la primera vez en la historia de nuestro país que un grupo armado llevaba a cabo una operación militar de este tipo, contó.

García Costilla fue uno de los tres lugartenientes del comandante Lucio Cabañas, junto con David Cabañas y Carmelo Castro. Juan García fue muy cuidadoso, nunca quiso hablar del tema y se le entiende, es un guerrillero que no ha sido estudiado, señaló a su vez Víctor Cardona Galindo, cronista del municipio de Atoyac de Álvarez, en la Costa Grande de Guerrero.

Añadió que hay partes de la guerrilla que no se han investigado porque la gente se concentró en Lucio, Genaro y Carmelo Castro.

El familiar de un integrante del comando narró que luego del deceso de Cabañas varias organizaciones insurgentes hicieron esfuerzos por reagruparse, incluso realizando acciones conjuntas.

Poco se ha hablado de esta acción, debido a la represión del Estado que se ha vivido en estos años, dijo.

Narró que los insurgentes entraron a la base naval por el drenaje; primero se dirigieron al almacén del polvorín y luego a la armería, donde se llevaron las armas. Los guerrilleros dejaron en las paredes las leyendas: ¡Viva Lucio!, ¡Viva el PDLP!, ¡Viva la Brigada Campesina de Ajusticiamiento!.

Luego de esa acción la gente del gobierno llegó a la base naval de Icacos y torturó a varios marinos para ver quién era el aliado de los guerrilleros; algunos medios publicaron escuetamente lo sucedido.

Días después hubo intercambio de armas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias, con las FAL, que se llevaron en dos carros: en uno iban las armas largas y en otro las armas cortas, que utilizaron en asaltos bancarios y en acciones de propaganda con los compañeros del Metro, por parte de varios comandos y también en otras partes de la capital, concluyó la fuente, que solicitó permanecer en el anonimato.