En el futbol formativo de los clubes en México, los procesos avanzan en cámara lenta. La imagen es co-mún a la que se puede ver cualquier tarde en un partido de la Liga Mx: un grupo de jóvenes suplentes dándole puntazos a la pelota mientras un experimentado entrenador trata de inculcar a los elementos de más experiencia la importancia de ganar para mantener su trabajo. Los informes que llegan de categorías menores indican que las goleadas son recurrentes, pero la frustración también.

Desde hace unos meses, empresarios mexicanos adquirieron en la quinta división de España las acciones del club Paracuellos, ahora México FC, con el fin de establecer un puente entre las metodologías europeas y la exportación de talentos desde fuerzas básicas. El reglamento de la liga permite el registro de hasta 22 extranjeros en cada plantel.

Este no es un proyecto para ganar dinero, sino para invertir, para ser mejor jugador, seguir los pro-cesos de formación y traducir eso en mayores oportunidades. Queremos ser el equipo del barrio, aunque estemos en Madrid, explica a La Jornada el ex futbolista Luis Miguel Salvador, uno de los principales accionistas.

Como en otras categorías con límite de edad, en la franquicia mexicano-española se generan identidades asociadas con el barrio, la tradición familiar y los amigos. Los jugadores son ajenos a esa mística que tiene su acto central en cada partido. En su primer torneo oficial en la Tercera RFEF, seis mexicanos se han integrado a la plantilla –Jared Escalante, Gael Chávez, Yahir Zamora, Rodrigo Marín, Jesús Martínez y Elim Díaz, todos menores de 23 años– y otros más están por hacerlo desde la Liga Mx y la Liga de Expansión, como el ex delante-ro del América, Martín Zúñiga.

Somos un aliado

¿Qué alternativas tienen los jóvenes de probarse en Europa?, plantea el ex seleccionado nacional. En México no existe ninguna. La idea es que los equipos de Primera División, Expansión y la propia Federación Mexicana de Futbol nos vean como un aliado; que podamos impulsar a más jugadores a hacer cosas importantes con nuevas metodologías de trabajo. Ser un pedacito de nuestro país en España. Todo lleva su tiempo y cuesta mucho dinero, pero nuestra idea es llegar en 10 o 15 años a jugar partidos de Liga contra el Real Madrid o el Barcelona.

Dentro de su infraestructura deportiva, el México FC cuenta con una casa club en el pequeño municipio de Paracuellos de Jarama, situado en la comunidad de Madrid. En busca de ingresos y patrocinadores, el área comercial del club ideó un primer plan de membresías a un costo de 125 euros anuales (131 dólares), con el que los aficionados inscritos participan cada cuatro temporadas en la evaluación del proyecto y, en caso de lograr el ascenso hasta Segunda División, reciben una acción del equipo a cambio de un euro.

Todo ese dinero irá destinado al proceso formativo de jugadores, no sólo en el futbol, sino también en la escuela, señala Salvador, directivo con amplia experiencia en el medio tras su paso como presidente deportivo del Monterrey y Venados de Mérida. En enero planeamos mudarnos a otra unidad deportiva, más al centro de Madrid, para generar que éste sea el equipo del barrio. Curiosamente, la avenida que está al lado del campo se llama Guadalajara, esos elementos de identidad con nuestro país pueden acercar todavía más a la gente vecina.

El plan de comprar un equipo en la Tercera RFEF del futbol de España inició en 2017, cuando el empresario yucateco Víctor Ferráez Gasque –accionista mayoritario– y un grupo de socios evaluaron la viabilidad del proyecto al poder modificar el nombre del antiguo Paracuellos FC. Ahora estamos acercándonos a los clubes de la Liga Mx. Tenemos seis jugadores mexicanos, de los tres equipos que se han sumado hasta el momento: Pachuca, la Universidad de Guadalajara y Venados de Mérida. No ha sido fácil resolver los trámites administrativos, como la visa de trabajo, porque son lentos y tardados. Pero hoy todos tienen su registro para ganarse un lugar, agrega.

El siguiente paso del México FC es jugar con 11 mexicanos titulares. Sólo el Guadalajara, desde su fundación en 1906, ha podido mantener esa mística en torneos de clubes. ¿Por qué no pensar también en entrenadores jóvenes mexicanos?, pregunta Salvador de forma retórica. Tenemos que ir dando pasos poco a poco, porque es un nivel muy alto de profesionalismo. Pero aquellos que tengan ganas de formarse y competir con esa clase de metodologías, pueden dirigir al equipo o regresar todavía mejor preparados para continuar su carrera en el país.