Bakú. Las naciones en desarrollo expresaron ayer su decepción y tacharon de insulto el acuerdo alcanzado en la COP29 de Bakú, que estipula que los países ricos aporten 300 mil millones de dólares anuales para enfrentar el cambio climático, una cifra que consideraron insuficiente.

Este objetivo no es lo que esperábamos conseguir. Después de años de discusiones, no es ambicioso para nosotros, declaró Evans Njewa, diplomático de Malaui y jefe del bloque de países menos desarrollados.

La contribución acordada es un insulto a la demanda de los países en desarrollo, sostuvo Diego Pacheco, negociador jefe de Bolivia; a este sentir se sumó Ali Mohamed, al frente del grupo de países africanos, que se dijo extremadamente decepcionado con un acuerdo demasiado pequeño, demasiado tardío.

El canciller federal alemán, Olaf Scholz, reconoció que el acuerdo que se logró a última hora en la cumbre sobre el cambio climático no es perfecto pero sirve para seguir hacia adelante con un esfuerzo global.

Por su parte, el mandatario saliente estadunidense Joe Biden,manifestó que, si bien quedaba un trabajo sustancial por hacer, la conferencia estableció un ambicioso objetivo internacional de financiación climática.

Agregó que si bien algunos pueden intentar negar o retrasar la revolución de la energía limpia que está en marcha en Estados Unidos y en todo el mundo, nadie puede revertirla, nadie.

Jasper Inventor, jefe de la delegación de Greenpeace en la COP29, expresó que nuestros verdaderos oponentes son los comerciantes de combustibles fósiles de la desesperación y los imprudentes destructores de la naturaleza que se esconden cómodamente detrás de la baja ambición climática de cada gobierno.