Lunes 25 de noviembre de 2024, p. 8
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) puso en marcha un protocolo único para atender la violencia de género en su comunidad. Si bien puede ser perfectible, es un inicio para generar acciones más enfocadas e idóneas que permitan atender la situación, aseveró Maricruz Gómez López, maestra en estudios de género de dicha institución.
Recordó que antes cada unidad académica tenía su protocolo de prevención, pero ahora se unificó para que información, procedimientos y acciones respondan de la misma manera, con una ruta dividida en cuatro fases: primer contacto especializado, recepción y atención de la queja, acciones a considerar en la ruta de atención y sanciones y medidas administrativas.
La también asesora técnica de la Unidad de Prevención y Atención de la Violencia de Género en Xochimilco, detalló que ese campus, además del protocolo por violencia de género, aborda temas relacionados con la diversidad sexogenérica y menstruación digna y consciente.
Advirtió que cuando el presunto agresor es un estudiante es más sencillo poner una queja
, porque a pesar de haber amenazas físicas o verbales, al ser pares, la persona que sufre el ataque decide hacerlo de conocimiento de la universidad
, pero cuando es parte del personal académico es más complicado por miedo a las represalias
, pues hay otro tipo de amenazas que tienen que ver con ejercer otra clase de poder, que no sólo es de género, sino sobre una estructura jerárquica de la universidad
. Señaló que para las afectadas, al sentirse intimidadas no se acercan a la unidad por miedo a reprobar la materia o incluso les compliquen la carrera
.
En cuanto a las sanciones, mencionó que el procedimiento dependerá de quién es el presunto agresor, pues, explicó, en caso de ser un estudiante se considerará el reglamento del alumnado, y si se trata de un empleado, se retoma el contrato colectivo de trabajo; en ambas situaciones se combina con el protocolo. Detalló que en caso de que el agresor sea externo a la UAM, lo que puede hacer es dar acompañamiento y asesoramiento a la víctima, pues como entidad académica no tienen facultades para sancionar a los agresores.
Por su parte, estudiantes señalaron que han vivido acoso por parte de compañeros e incluso docentes, y muchas veces se sienten más confiados en hacer público en los tendederos de denuncia quiénes son los agresores, por miedo a represalias.