Las víctimas directas e indirectas de desaparición deben resignificarse para poder demandar justicia; se convierten en abogadas, buscadoras y defensoras por las fallas sistémicas del Estado, advirtieron activistas.

La víspera del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres se realizó el conversatorio Mujeres Violentadas por el Estado, en el Museo de Memoria y Tolerancia, en el cual, la activista Renata Villarreal, cofundadora de Marea Verde, señaló que no sólo las madres buscadoras son las voces de los desaparecidos, sino también los sobrevivientes, quienes deben encontrar los espacios para ser escuchados, pues muchas veces son silenciados u olvidados.

Advirtió la importancia de sanar el tejido social y ser una sociedad responsable, porque los victimarios genuinamente piensan que es un trabajo matar, torturar y desaparecer personas, lo que refleja la normalización de los diferentes tipos de violencia desde las infancias.

Destacó la importancia de la búsqueda en las primeras 72 horas, que son cruciales para encontrar con vida a las víctimas, y que los agentes del Ministerio Público no inician las investigaciones por cuestiones de protocolo.

Por otra parte, contrario a lo que pudiera pensarse, al no saber lo que hay alrededor de una víctima recomienda no denunciar, pues hay que elegir entre la paz y la justicia, ya que esta última viene cargada de balas y a veces hay que dejarla ir, más en un sistema corrupto, dijo, en el cual las autoridades dicen al violentador que lo están denunciando.

Por su parte, Carlos Azeem, abogado que acompaña en casos de desaparición y trata de personas, señaló que la complicidad de las autoridades en estos delitos es retrato de la realidad de todo un país; cambian los nombres de las víctimas, pero es la misma historia, la misma gravedad, el mismo dolor, la misma impunidad. Asimismo, advirtió sobre la importancia de tener una sociedad activa “para poder condenar y reclamar, no una sociedad insensible y ausente.

Señaló que las madres buscadoras son resultado de la falla total del Estado, pues donde no entran las autoridades entran ellas, sabiendo que pueden matarlas por buscar y encontrar. En tanto, Vicky Ponce, madre buscadora de Jalisco, relató su experiencia tanto al no encontrar a su hijo desde hace cuatro años y como buscadora, pues uno que lo vive lo sabe sentir. Detalló que al enterrar la pala y sacar cada parte, siente que los vuelve a lastimar, pero su intención es llevarlos a casa.