Domingo 24 de noviembre de 2024, p. 22
Chilpancingo, Gro., Custodios de la síndica procuradora de Taxco, la morenista Viviana Rodríguez Díaz agredieron a tres reporteros dentro de la parroquia de Santa Prisca y San Sebastián cuando hacían una cobertura periodística, denunciaron integrantes de la sección 82 del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) con sede en ese municipio de Guerrero.
Durante el ataque fue identificado Hugo Burgos, empleado del ayuntamiento, quien desde hace semanas molesta a periodistas.
En un comunicado explicaron que el viernes alrededor de las 13 horas, los periodistas Alejandro Gómez Sotelo, Raymundo Ruiz Avilés y Marco Antonio Toledo Jaimes cumplían con una orden de trabajo dentro de la parroquia, cuando Hugo Burgos los acosó, hostigó y provocó
.
Minutos después el escolta de la síndica se trasladó al atrio del templo y agredió física y verbalmente a Gómez Sotelo, a quien arrebató su teléfono celular con el que grababa la escena de la agresión, que fue observada por los reporteros y los visitantes.
Los actos de hostigamiento de Burgos hacia nuestros compañeros comenzaron hace varias semanas, mientras la autoridad local hace caso omiso
, acusó el SNRP.
Los miembros del sindicato de prensa reprobaron y condenaron “las agresiones y las amenazas contra nuestro secretario del Interior, y corresponsal de varios medios en Guerrero, Gómez Sotelo, por un elemento de seguridad de la síndica, que forma parte del gobierno municipal encabezado por el alcalde Juan Andrés Vega Carranza.
Demandaron a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, intervenir en este caso, para que esta agresión no sea una más de las estadísticas estatales y nacionales
.
Asimismo, responsabilizan a la síndica Rodríguez Díaz, y al edil morenista Juan Andrés Vega, de alguna agresión física futura contra el periodista Gómez, su familia y los reporteros.
Durante la pasada administración que encabezó el entonces alcalde, actualmente prófugo, Mario Figueroa Mundo, varios reporteros fueron perseguidos y algunos privados de su libertad; otros debieron abandonar Taxco, debido a las amenazas de la delincuencia organizada.