Jueves 21 de noviembre de 2024, p. 12
Atender las necesidades de las niñas y niños implicará afrontar en los próximos años los desafíos que impone la transformación demográfica, el cambio climático y el desarrollo acelerado de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA), alerta el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En el reporte Estado Mundial de la Infancia 2024: El Futuro de la Infancia en un Mundo en Transformación, difundido ayer, destaca que estas tres megatendencias marcaran el futuro de la infancia en el planeta.
Tan sólo en los temas ambientales, destaca que de no haber una transformación a fondo para preservación del planeta, para 2050 la cifra de niños y niñas expuestos a olas de calor será ocho veces mayor; y aquellos que puedan sufrir inundaciones por crecidas de ríos será 3.1 veces más alta, mientras el número de lo menores expuestos a sequías extremas crecerá 1.3 veces.
Nos enfrentamos a una crisis planetaria sin precedente
, destaca Unicef, pues casi la mitad de los niños y niñas del mundo (alrededor de mil millones), explica, viven en países de alto riesgo en materia de peligros climáticos y ambientales
, lo que incluye la destrucción de la biodiversidad y la contaminación generalizada. La infancia está expuesta a un medio ambiente más impredecible y peligroso, como ninguna generación anterior lo experimentó
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La transformación demográfica también impactará a la infancia. El organismo de Naciones Unidas alerta que para 2050 se estima que la población mundial de niñas y niños se estabilizará en 2 mil 300 millones, pese a lo cual la proporción de población infantil se reducirá en todas las regiones.
Algunas seguirán presentando un elevado porcentaje de infantes, mientras otras contarán con muchos más adultos. Se calcula que la proporción de niños y niñas en África caerá por debajo de 40 por ciento, mientras se situará por debajo de 9 por ciento en Asia Oriental, Europa Occidental, América del Norte y varios países de ingresos altos, como Australia, Corea y Singapur
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En cuanto al avance de las tecnologías de vanguardia, si bien la IA, la neurotecnología, las energías renovables de última generación y los progresos en el campo de las vacunas pueden impactar de forma positiva la vida de niñas y niños, advierte sobre la persistente brecha digital. Además, sin el control adecuado, implican riesgos en ámbitos como la libertad cognitiva, la privacidad o el sesgo algorítmico, lo que puede afectar de forma desproporcionada a grupos marginados y reforzar la discriminación sistémica
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