Domingo 10 de noviembre de 2024, p. 7
Zuadd Atala Ibáñez, actriz, bailarina, productora y gestora cultural, ha trazado una carrera artística marcada por la investigación profunda de los personajes que interpreta.
En su nueva obra, Yo no soy Masina, que se presenta a partir del 9 de noviembre en el Centro Cultural Helénico, la también dramaturga se inspiró en la icónica actriz Giulietta Masina, musa de Federico Fellini, para explorar el mito del amor romántico, las relaciones de poder y la institución del matrimonio desde una perspectiva crítica y humorística.
Siempre me sentí vinculada afectivamente con los personajes de Giulietta Masina
, explicó Zuadd Atala Ibáñez en entrevista con La Jornada.
“Sus gestos, su ‘timing’ escénico, su mirada en películas como Las noches de Cabiria o Giuletta de los espíritus me resultaban fascinantes. Mientras estudiaba actuación, formé un personaje inspirado en Gelsomina, y con el tiempo, comencé a ver paralelismos entre esas figuras y mis propias experiencias afectivas.”
Así, lo que comenzó como admiración por la actriz italiana se convirtió en una investigación artística que ha acompañado a Atala Ibáñez durante gran parte de su carrera.
Yo no soy Masina se presenta como producción multidisciplinaria que mezcla géneros como el cabaret, la música de salón y el clown, elementos que permiten a la actriz abordar los temas de manera satírica y cercana al público.
“Me pareció muy importante darle una lectura al mito del amor romántico desde el clown y el cabaret”, añadió la bailarina.
Federico Fellini trabajaba mucho con la dualidad del augusto y el cara blanca, el amo y el esclavo, el fuerte y el débil. Esos roles reflejan relaciones de poder que se pueden ver en muchas de las historias de amor que consumimos. Desde ahí construyo una crítica que va más allá de lo personal.
El cabaret, como formato, tiene una particularidad: su interacción con los espectadores. Para Atala Ibáñez, este aspecto ha sido un desafío enriquecedor debido a que en este tipo de espectáculos los presentes participan de manera activa; les replica, les da realimentación. Es algo que no había experimentado antes, y aunque mi obra es un poco más sobria que otros montajes, sigo aprendiendo cómo establecer esa relación directa, especialmente en los espacios más pequeños, donde las fronteras entre la escena y el público casi desaparecen
.
Mencionó que su proyecto comenzó a gestarse durante la pandemia, cuando, confinada en su hogar, decidió crear un espectáculo que pudiera realizarse en un espacio reducido.
No podía moverme mucho, así que ideé una pieza de formato pequeño, casi como una conferencia performática. Me dediqué a escribir y revivir escenas de las películas que me interesaban, a pensar por qué regresaba a ellas una y otra vez. El proceso fue muy íntimo y orgánico, y poco a poco la obra fue tomando forma.
Atala Ibáñez contó con la colaboración de artistas y amigos que la acompañaron en distintas etapas. Entre ellos, su maestra de clown, María Goycolea, y la actriz Mariana Villegas. Una de las contribuciones más importantes al montaje fue la colaboración con el colectivo musical Reina Barba, quienes crearon un video en honor a Gelsomina, el emblemático personaje de La Strada.
Este proyecto fomenta reflexiones críticas sobre las dinámicas del amor y las estructuras sociales que las perpetúan. Es fundamental que los jóvenes entiendan que hay muchas maneras de vivir y amar, y que no necesariamente deben ajustarse a los moldes que se les han impuesto.
Bajo la dirección de La rubia.co, las funciones de Yo no soy Masina son los sábados y domingos a las 20 horas, del 9 de noviembre al 15 de diciembre, en el Foro 4 Espacio Alternativo del Centro Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, alcaldía Álvaro Obregón). Los boletos cuestan 238 pesos.