Locura y creatividad
no de los locos más brillantes de la historia, el filósofo Federico Nietzsche, escribió en Aurora: Casi siempre ha sido la locura quien ha abierto camino a las nuevas ideas, quien ha roto el valladar de una costumbre o de una superstición venerada. ¿Comprendéis por qué fue necesario el concurso de la locura?
Sin duda, las personas extraordinarias que combinan genio y locura son las que transforman al mundo. Cuando existen las condiciones para un cambio, pocos son los que lo imaginan antes de que se desarrolle. Los que miran la realidad desde una perspectiva distinta son los que generan el cambio.
Cuando se presenta un proyecto fuera de lo conocido, la mayor parte de la sociedad no lo comprende. La comunidad y los inversionistas desprecian lo que no entienden y después de que los genios presentan sus ideas los catalogan de desquiciados mentales o de tontos. Al terminar sus presentaciones son objeto de burlas o de un comentario misericordioso.
Todos los días, fondos de inversión y capitalistas de riesgo reciben propuestas que parecen sueños sin sustento… y muchas lo son. Sin embargo, proyectos como Starlink, Space X, PayPal, Tesla o viajes de seres humanos a Marte, todos ellos sueños del loco Elon Musk, ya son una realidad.
Lo mismo pasó con Steve Jobs y sus proyectos de informática, de cine de animación, de música, de telefonía, de tabletas digitales y de diseño. Al principio los inversionistas lo tiraron a loco y su personalidad soñadora ayudó a generar esta imagen, debido al consumo de drogas, a su alimentación deficiente, a no bañarse por semanas y a viajar a India para desarrollar su espíritu. Pero sus proyectos se convirtieron en realidad a través de Atari, Apple, Pixar, Mac, iTunes, iPod, iPhone y otros proyectos.
Algunos menos desquiciados revolucionaron la vida cotidiana a través de aplicaciones como Netflix, Google, Facebook, YouTube, Wikipedia, Amazon, Skype, Twitter y WhatsApp, por mencionar unos casos relevantes.
La locura lleva a soñar el futuro, como proponían los surrealistas a principios del siglo XX, y a transformar la realidad. Esta idea se resume en un anuncio de Apple de 1997: Las personas suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian
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