Martes 5 de noviembre de 2024, p. 29
El comercio ambulante tiene tomados algunos accesos a estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la zona centro de la Ciudad de México, provocando que ante alguna falla sea complicado el desalojo de pasajeros, poniendo en riesgo nuestra integridad física
, señalaron entrevistados.
En un recorrido por las inmediaciones de la estación Pino Suárez de la línea 2, y la plaza comercial con el mismo nombre, se observó que sobre la banqueta se han colocado decenas de estructuras metálicas con grandes sombrillas en las que se expenden lo mismo ropa, junto con maniquíes, que calcetines y tenis.
Además de puestos de refrescos preparados, aguas frescas y en los que se ofrecen productos fritos, donde se tienen pequeños tanques de gas, los cuales obstruyen el libre tránsito de las personas.
Usuarios consultados mencionaron que caminar por el área resulta “tortuoso, debido a la constante obstrucción de vendedores ambulantes, quienes no conformes con adueñarse de diversas calles, ahora obstaculizan las entradas al transporte público, generando aglomeraciones que pueden ser propicias para que se cometan robos y queden en total impunidad, porque no vemos presencia policiaca.
Lo peor es que si llega a ocurrir alguna emergencia por alguna falla en el Metro, nos sería imposible salir rápido porque tienen bloqueado el paso a lo que sería el punto de concentración
.
Señalaron que transitar por el lugar es como entrar a un laberinto
en el cual se tiene que preguntar a los propios vendedores por la entrada del Metro, porque te pierdes entre tanto local; a eso se suma que la gente que compra se detiene y eso genera más hacinamiento
.
Piden despejar áreas
Pasajeros entrevistados en la estación Zócalo dijeron que dichos vendedores dificultan la entrada y salida porque se instalan en las escaleras y hacen más difícil el descenso hacia los andenes, por lo que pidieron que la zona sea despejada, ante la gran cantidad de personas que lo utilizan a diario.
Este diario publicó anteriormente que el desbordamiento del comercio informal en calles como Del Carmen, Moneda, Correo Mayor y Venustiano Carranza deja escasos centímetros para el paso de peatones, obligando a las personas a sortear desde puestos semifijos hasta mercancía colocada en el piso, además de la venta en el arroyo vehicular, donde es constante la circulación de automóviles, motocicletas, bicitaxis y diableros.