El festival Hipnosis llevó a cabo su séptima edición, con énfasis particular en la curaduría musical. El 2 de noviembre, desde pasado el mediodía, se desarrolló esta fiesta en el estadio Fray Nano de la Ciudad de México. Los encargados de abrir fueron Demencia Infantil, grupo local emparentado con el estilo No Wave. Entre la variadísima oferta musical destacaron las propuestas de Mdou Moctar, Gang of Four, High on Fire y Slowdive. El número principal fueron los franceses de Air, que tocaron a las 00:25 horas y cedieron el paso para el cierre de L’Eclair.

Mdou Moctar es el nombre profesional de Mahamadou Souleymane, de Agadez, Nigeria.

Aunque el proyecto es solista, la banda suena con todo, con una notable influencia del blues del desierto. La incorporación de ritmos africanos los distingue, y es la diferencia en la acentuación de la batería lo que los convierte en una propuesta más interesante que 99 por ciento de agrupaciones estilo sicodélico/stoner rock.

Entre los antecesores de Mdou Moctar se puede contar a Chrissy Zebby Tembo, músico de los años 70 inscrito en la tradición del Zamrock, el rock de Zambia, que produjo su propia forma de estilo pesado.

Una pandilla de cuatro, Gang of Four, tocó en México el Día de Muertos y no sólo fue notorio el papel de los integrantes originales –el fino baterista Hugo Burnham y el exaltado cantante Jon King–, sino también cumplieron su papel a la perfección la bajista Gail Greenwood, remplazo del icónico Dave Allen, y David Pajo, que ocupa el lugar del guitarrista Andy Hill.

El grupo hizo una deconstrucción de la música funk, la utilizó para cuestionar casi todo, desde la honorabilidad de los próceres ingleses hasta las relaciones amorosas reconvertidas en pujas de poder. En esa disección de la vida diaria se atrevieron a cantar estribillos como El amor te atrapará como un caso de Anthrax/ y eso es algo que no me quiero contagiar.

High on Fire, el trío liderado por el guitarrista Matt Pike, no se parece en nada a Sleep, su otra banda.

Ésta es lenta, capaz de estirar un acorde hasta el infinito o de extender una canción por decenas y decenas de minutos, como en su disco fundamental Dopesmoker.

La primera, en cambio, es acelerada, polirrítmica, quebrada, con ascendente en Motörhead, igual que cualquier banda que haya intentado combinar la intensidad del metal con la velocidad del hardcore.

Pike parece un cazador de ballenas que usa la guitarra como arpón. Mención especial hay para su excepcional batero, Coady Willis, que tocó en uno de los grandes grupos en vivo de la historia del rock, Melvins.

Cinta mezclada

Si el festival Hipnosis continúa, en un contexto en el que muchas actividades musicales que no logran sostenerse año a año, se debe a su curaduría musical amplia y contrastante. El cartel podría compararse con una lista de reproducción en Spotify, curada por un usuario de gustos diversos, pero creo que se parece más a un compilación en caset en el que la cinta va generando nuevos significados a medida que se combinan las canciones.

El público comienza cada uno por su lado: la chica metalera, el estudiante de arte digital, el curioso de los festivales musicales y los que eran adolescentes cuando Air editó Moon Safari.