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Mayra, orgullosa de embalsamar y cremar cuerpos; es algo normal

Labora en el velatorio número 20 del IMSS de Ecatepec desde 2018

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▲ Mayra Gallegos, de 40 años, es la única mujer que ocupa los cargos de cremadora y embalsamadora a nivel nacional en el Instituto Mexicano del Seguro Social.Foto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 3 de noviembre de 2024, p. 22

Ecatepec, Méx., Mayra Gallegos Galván labora en el velatorio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de esta demarcación mexiquense, y se desempeña en dos actividades: la de embalsamar los cuerpos de los fallecidos para su entierro o cremación, y como técnica hornera en el crematorio. Es la única mujer que ocupa ambos cargos a nivel nacional en dicha dependencia.

Desde su ingreso al velatorio número 20 de Ecatepec, en 2018, Mayra, de 40 años, ha ejercido la primera labor referida; de septiembre de 2022 a la fecha desarrolla la tarea de hornera, una actividad en la que demuestra que también las mujeres pueden capacitarse y sobresalir en campos que antes dominaban los hombres, por lo que está orgullosa de ser la única en realizar esta labor.

La embalsamadora, quien es madre de dos hijos, contó que su trabajo es como cualquier carrera de responsabilidad y profesionalismo.

Este oficio me ha gustado y lo hago con placer; fui capacitada en ambas responsabilidades y tengo un gran respeto por la persona que arreglo para el funeral; mi trabajo como técnica en el crematorio lo hago con sensatez y dedicación, no tengo miedo, expresó.

Esta labor no le gusta a la mayoría de la gente, ni a los hombres, mucho menos a las mujeres, señaló. Hubo la oportunidad de la plaza y la tomé. De acuerdo con mi experiencia como embalsamadora, estar de manera directa con las personas fallecidas es algo normal. Me interesó el reto y lo hago con respeto.

Destacó que cuando la gente o sus compañeros del IMSS saben de su trabajo, no pueden creer que realice una actividad que requiere fuerza para mover los cuerpos a la hora de embalsamar o de cremar.

“Los que no me conocen me preguntan: ¿dónde está el hornero?, y les contesto: soy yo. Dudan de mi capacidad. Para ser hornera realicé cursos de capacitación para movilizar con técnica un cuerpo.

Utilizo el traje adecuado y cuento con las herramientas necesarias, las cuales me permiten facilitar el traslado del cadáver al horno. Mi labor como embalsamadora me dio la experiencia. Y de igual manera ser hornera es un trabajo que me gusta.

Mayra reveló que vivió la amarga experiencia de incinerar a su padre, y reconoció: me quebré.

Sí, eso fue muy duro porque al final era lo último que yo podía hacer por él, cerrar la puerta y prender los quemadores es muy difícil, porque al final sabes que la persona que está ahí, te dio la vida.

Me siento orgullosa de lo que hago, me siento como un pavo real, expuso.