l ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aseguró que los países del grupo BRICS+ han elaborado recomendaciones preliminares sobre mecanismos de pago alternativos para comenzar a crear sistemas confiables, sostenibles y a largo plazo. El canciller enfatizó la necesidad de un sistema paralelo que permita a los países de la agrupación mantener su seguridad y sus intercambios comerciales ante el empeño de Washington en conservar su hegemonía y el creciente uso del dólar como un arma agresiva en la economía mundial
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Más allá de posturas ideológicas, sin duda es un dato positivo el avance en el diseño de mecanismos que impulsen la multipolaridad e impidan a cualquier país, sean cuales sean sus intereses y su poderío, imponer cercos comerciales, financieros y económicos a otros por fuera de la legalidad internacional y el marco de Naciones Unidas.
En este sentido, todos los países, incluidos los hoy alineados o sometidos a Estados Unidos, se ven potencialmente beneficiados por la posibilidad de que los miembros originales del bloque (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y los que se sumaron este año (Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán) cuenten con un sistema de transferencias bancarias paralelo al SWIFT controlado de manera unilateral por la superpotencia.
En este contexto, resulta lamentable que Brasilia haya argüido la opacidad electoral
de Caracas para vetar a Venezuela de la integración al BRICS+ durante la cumbre efectuada en Kazán, Rusia, del 22 al 24 de octubre pasados. Pocos países sufren tanto como la nación caribeña los devastadores efectos de la guerra financiera de Washington y sus secuaces, por lo que negarle el alivio que supondría disponer de un canal alternativo para procesar los pagos de sus exportaciones e importaciones es un duro golpe no sólo al gobierno de Nicolás Maduro, sino ante todo al pueblo venezolano, el cual se encuentra privado de bienes elementales por el cerco que veda las adquisiciones en el exterior.
Es también desafortunado el intercambio de recriminaciones entre Brasilia y Caracas, donde la primera se queja del tono poco diplomático adoptado por su vecino, mientras la segunda señala la desinformación y la mala voluntad vertidas desde el Palacio de Itamaraty. Cabe esperar que la administración chavista se conduzca con mayor serenidad y prudencia y, sobre todo, que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva sea sensible a las penurias de millones de venezolanos que no tienen ninguna culpa de las componendas geopolíticas y anhelan salir de la crisis crónica en que el bloqueo de Washington ha sumido a su país.
Con las profundas diferencias políticas, culturales, tecnológicas, demográficas, económicas y de otro tipo entre sus miembros, el BRICS+ ampliado es en la actualidad una plataforma sin par en la construcción de un mundo multipolar, y puede ser también un instrumento de la integración latinoamericana si se privilegian el diálogo y la solidaridad.