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Enrique Patrón dirige los Réquiems de Verdi y Mozart en el Ollin Yoliztli
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de noviembre de 2024, p. 3

El director de orquesta Enrique Patrón de Rueda hace del Día de Muertos una celebración especial por sus 45 años de trayectoria artística con la interpretación de los Réquiem de Mozart y el de Verdi en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, al frente de la Filarmónica de las Artes, del primero al 3 de noviembre.

Acá, en Sinaloa, todos somos artistas de alguna manera, y el mar lo llevas en la sangre: ser creativos, inspiradores y bailadores, dijo en entrevista el músico nacido en Mazatlán, en 1955. Sin embargo, agregó: aunque ahora estamos un poco azotados y con tristeza por tanta cosa que pasa.

En conversación desde su tierra natal, con décadas de experiencia en el ámbito cultural, lamentó el centralismo y que por compromisos políticos de campaña se apoya la culturita, pero no porque estén convencidos de lo importante que es para enaltecer a una nación, a la juventud. No tenemos eso. Ojalá nuestros presidentes fueran a Bellas Artes, a la ópera.

El músico expresó el deseo de que la primera mandataria Claudia Sheinbaum asista a una función de ópera. “He leído que le gusta mucho el ballet. Que vaya al Cascanueces, sería muy motivador para todos los que hacemos esto. Porque además estoy convencido de que la música inspira para tomar mejores decisiones”.

Las piezas en honor a los difuntos suenan desde ayer. Ya estaban en la programación de la Filarmónica de las Artes, entonces me invitaron a dirigirlas y cayó justo en el mes en el que estoy celebrando mi aniversario. Espero que no sea un mensaje subliminal, afirma y suelta una carcajada.

Las dos obras son totalmente extremas. El Réquiem de Mozart es más íntimo, clásico y depurado. En cambio el Réquiem de Verdi es una obra monumental, enorme, es como una ópera verdiana, pero sin palmeras. En los próximos conciertos estará acompañado por orquesta, coro y cuatro solistas: es un reto que me asusta, sobre todo por el rendimiento, aunque mi trabajo me sigue encantando y pasión me sobra.

El sentir en este momento de su carrera expresa: “Me emociona todo, de repente veo hacia atrás y pienso: ‘¡qué increíble!’ Es una carrera complicada porque, desafortunadamente, todavía para nosotros los directores va muy de la mano de la política, pero he logrado permanecer, estar activo y sano, hacer grandes obras. Estoy muy agradecido con la vida y las circunstancias”.

Enrique Patrón fue parte de un momento relevante en la historia de la música mexicana, que causa furor en la actualidad, pues dirigió la orquesta en los conciertos de Juan Gabriel en el Palacio de Bellas Artes.

Me siento muy afortunado de que las circunstancias me hayan puesto en el camino para hacer ese gran concierto, originalmente el maestro Herrera de la Fuente iba a dirigir, él era el titular Sinfónica Nacional y entré de emergente. Qué bueno, porque me abrió una puerta y me puso en un escaparate que ha sido de mucha importancia para mi carrera. Además, fue muy divertido y enriquecedor hacer esos conciertos.

Originario de un lugar que emana música, opina respecto de la música popular: hay un público enajenado con la música nueva, la que le dan los medios de comunicación, la música fácil que enloquece, aturde e incita a beber, a veces a la violencia. Estamos un poco en desventaja con ellos.

Sin embargo, por otro lado está la música popular bien hecha y maravillosa que ha trascendido; es parte de los tesoros de México, junto con los grandes compositores que tenemos en la actualidad y el pasado reciente.

El director de orquesta participó hace unos días en el Festival Internacional Cervantino en Guanajuato con un gran concierto dedicado a Puccini en el teatro Juárez. Fue en otra edición de este encuentro cultural donde conjuntó la orquesta con la Banda Limón, originaria de Sinaloa.

La ópera ha sido mi vida, mi gran pasión, mi gran pasatiempo; lo sigue siendo hasta ahora. Desafortunadamente, es un espectáculo muy caro y todavía no se ha logrado en México esa forma de hacer ópera frecuentemente, como en Alemania, que cada pueblo tiene su compañía.

Luego del concierto con los dos Réquiems, en Culiacán y Mazatlán dirigirá la ópera Romeo y Julieta, de Charles Gounod. La clásica historia de Shakespeare de dos familias que pelean representa un mensaje grande. Aunque detrás está una historia de amor, ¿qué tiene de malo ser cursi? Eso nos falta, estar enamorados de las cosas bellas que nos da la vida.